El mayor fabricante del mundo, DJI, presenta un dispositivo que alcanza los 58 km/h y está pensado para grabar escenas deportivas; Apple lo comercializará a partir del día 15
Si King Kong volviera a encaramarse al Empire State, le costaría mucho más librarse de un enjambre de drones que de unos cuantos aeroplanos calamitosos. En Manhattan, como en muchas otras zonas urbanas, no pueden volarse libremente estas pequeñas aeronaves. Al menos, aunque sea encerrados en unas naves del oeste de la isla, hoy se han podido ver cómo uno de sus últimos modelos se pega como una mosca a los objetos que filma y corta el aire a más de 70 kilómetros por hora.
Qué buen primer plano habría sacado del gorila gigante el Phantom 4, la nueva propuesta para el usuario particular, pero con posibles, de DJI, el mayor fabricante de drones del mundo. Un portavoz de la compañía china confiesa que el deseo era presentarlo en el Mobile World Congress de Barcelona que se celebró hace una semana. No dio tiempo y no puede ocultar su estrés a unas horas de la presentación mundial en Terminal 5, una enorme sala de conciertos del oeste de Manhattan. Las primeras unidades del dron acaban de llegar desde las factorías de Shénzhen, rodeadas de arrozales, a un barrio de antigua mala fama de Nueva York. Aquí, en Hell’s Kitchen, la cocina del infierno, vivía el pequeño Vito Corleone en la novela de Mario Puzo. En la vida real, fue un gueto que avergonzaba por su delincuencia al resto de barrios de la isla. Ahora no es más que una zona insulsa asomada al río Hudson. El Phantom 4 bien podría alejarse de aquí, si lo dejaran, para grabar desde las alturas Central Park, el puente de Brooklyn o el memorial del 11S; tiene un alcance de cinco kilómetros.
En esta puesta de largo, la empresa china quiere despedirse de los proveedores de lentes (Sony y Go Pro han fabricado para ellos hasta fecha reciente) y asumir cada vez más la fabricación de sus componentes. El cuadricóptero tiene una forma peculiar, algo buscado: el Phantom 3 suscitó críticas porque en algunos planos muy rápidos se colaban las hélices en los planos. Pero no solo por eso: «La forma se ha pensado también para que quede bien en las tiendas de Apple», comenta una fuente de la compañía. DJI, una compañía que ha crecido a mayor ritmo que su red comercial, se ha asociado con el gigante tecnológico para que lo comercialice en exclusiva en sus tiendas durante un mes a partir del día 15. Desde hoy, puede encargarse online por 1.599 euros en Europa. Con la boca pequeña, la misma fuente adelante que en Estados Unidos el precio será de solo 1.399 dólares. «La diferencia es por los impuestos», se apresura a señalar.
Comparándolo con la anterior versión, de hace un año, llama la atención el salto de aquellas dos cámaras a estas cinco. La principal suma 12 megapíxeles y graba, en calidad 4K, 129 frames por segundo, que promete 36% menos distorsión. Otras cuatro cámaras, dos frontales y dos cenitales, actúan como sensores que detectan y ayudan al aparato a esquivar obstáculos, una de las novedades que más se han subrayado en la presentación. Todas pueden cambiarse, una comodidad a la que se suma que las hélices se montan y desmontan en un clic, sin necesidad de enroscarlas.
Interiores y deportes
De sus tres modos, destaca en especial el de deportes. Incorpora Activity tracker,una función que permite al usuario marcar el objeto al que se quiere ir y que mueve el aparato hasta él, incluso aunque se esté desplazando rápido. La clave, para el fabricante, está en que no es solo que reconozca el objeto, sino que no lo pierda ni se despiste cuando se mueve. Una vez alcanzado, lo sigue, describiendo círculos a su alrededor. Mejora además su velocidad: el tope, los 58 kilómetros por hora, una mejora notable con respecto al modelo anterior. La rapidez es un 25% mayor en vuelo horizontal y un 15% en el vertical.
Quienes manejan drones saben que la dificultad del manejo está lejos de superarse. El Phantom 4 dice mitigarla con la aplicación Tap Flight. «Es más intuitiva», señala una fuente de la compañía. «El manejo del dron a derecha e izquierda es como en un videojuego». Además, la pequeña aeronave incorpora una función para que se pare si va muy rápido y otra para que se merodee sobre un objeto que no puede esquivar. DJI asegura que está dotado de una inteligencia que le permite aprender de su entorno: se hace una composición de lugar de los obstáculos de una escena para repetirla con más eficacia.
EL ‘STEVE JOBS’ QUE ADORABA LOS HELICÓPTEROS
DJI es el sueño de otro emprendedor asiático admirador confeso de Steve Jobs, Wang Tao, que ha occidentalizado su nombre como Frank Wang. “Cuando estaba en primaria vi por primera vez un helicóptero de aeromodelismo en un escaparate. Costaba lo mismo que el sueldo de siete meses y mi familia no se lo podía permitir”, declaró hace dos añosen una entrevista. Por sus buenas notas del instituto, terminaron regalándole uno, pero Wang lo estrelló al poco de montarlo: “Para la gente normal era imposible volar esa máquina”. Los drones, solo muy gradualmente, han facilitado la tarea. Montó su empresa, hace diez años, cuando él tenía 24. Ahora cuenta con unos 700 trabajadores y lleva a gala que los dedica exclusivamente al uso civil. También presume de cubrir el 70% del mercado mundial de estos aparatos, aunque no publican datos de ventas. Sí dan este dato: sus drones han recorrido ya más de dos millones de kilómetros.