No solo el cierre de la principal fuente de financiamiento externo del Estado amenaza la estabilidad económica nicaragüense. La abultada deuda que Nicaragua acumula con Venezuela desde el 2008 y que hasta el 2015 llegó a representar el 27.6 por ciento del Producto Interno Bruto, es un riesgo latente, según un análisis del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi). Hasta el 2015 Nicaragua acumula una deuda con Venezuela por 3,500.8 millones de dólares, según calcula el Icefi con base en las publicaciones del informe de Cooperación Externa Oficial del Banco Central de Nicaragua.
Haría uso del acuerdo Petrocaribe
Y aunque el Gobierno del presidente inconstitucional Daniel Ortega ha insistido en que el negocio petrolero con Venezuela es privado, el Icefi señala en su análisis que en esta transacción está involucrada la estatal Petróleos de Nicaragua (Petronic). “Alba de Nicaragua, Sociedad Anónima (Albanisa) es un consorcio mixto entre PDVSA Caribe (propietario del 51 por ciento de las acciones) y la Petrolera Nicaragüense —Petronic— (con el 49 por ciento restante), ambas empresas estatales y por lo tanto con el Estado como responsable contingente de sus obligaciones de deuda”, explica el Icefi. Las operaciones de Albanisa se regirían bajo el acuerdo de Petrocaribe, cuyo tratado fue aprobado por la Asamblea Nacional de Nicaragua y donde queda claro que el negocio es de Estado a Estado.
Pero aún así, el Gobierno de Ortega no incorpora los millonarios fondos al Presupuesto General de la República, y la mayoría de estos han sido destinados para inversiones con fines de lucro, los que son manejados de manera discrecional por allegados a la familia presidencial. El economista Adolfo Acevedo recuerda que en recientes filtraciones de un compendio de análisis jurídico de PDVSA, la empresa venezolana enfatiza que la deuda generada por el envío de petróleo a Nicaragua “es pública y requiere garantía soberana”. “Los acuerdos con Venezuela establecen que esa es una deuda del Estado de Nicaragua y que la responsabilidad de pagar corresponde al Estado de Nicaragua”, indicó Acevedo, quien agregó que desconoce detalles de cómo se pagaría esa deuda. El mismo Fondo Monetario Internacional en su última visita instó al Gobierno a vigilar muy de cerca el aumento de la deuda con Venezuela.
Ni crecimiento ayudaría
De adelantar Venezuela el cobro de su deuda a Nicaragua, “se produciría un aumento en la ‘brecha fiscal–crecimiento económico’, la cual pasaría de –0.07 a 0.09 y que reflejaría indicios de insostenibilidad de la política fiscal. Dicho valor implicaría que el crecimiento económico de Nicaragua no logra compensar los resultados deficitarios generales, de tal forma que no logra estabilizar la razón deuda PIB a su nivel actual”, según el Icefi. “La existencia de unalto endeudamiento (27.6% del PIB en 2015) por parte de Alba de Nicaragua, Sociedad Anónima (Albanisa), derivado de los acuerdos con la República Bolivariana de Venezuela, podría convertirse en una amenaza para las finanzas públicas del país”. Estudio del Icefi.
Diario La Prensa, Nicaragua.