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Donald Trump vuelve a estar en el centro de la polémica, pero no por declaraciones xenófobas, sino por supuesto delito de estafa, acusación que le ha hecho el fiscal de Nueva York y un grupo de ex alumnos de su extinta Universidad, donde se prometía educación del máximo nivel y con un profesorado escogido por el magnate y una de las grandes fortunas del mundo.
Según la denuncia colectiva, representada por Art Cohen, uno de sus ex alumnos, los cursos de la Universidad Donald Trump incumplieron uno de los puntos del acuerdo, y quizá el más importante: una educación de primer nivel. Lejos de ello, según la demanda, Cohen gastó más de 36.000 dólares en un programa de técnicas de inversión en el sector inmobialiario, pero fue impartido por profesores independientes, que se llevaban una sustancial comisión a cambio de vender semanarios y productos.
En la Trump University no trabajaría un personal especializado y escogido por el magnate de los casinos, sino que era un grupo de comerciales dedicados a vender cursos y sacar su comisión. La operación tiene el nombre de ‘venta sugestiva’ e iba dirigida a estudiantes matriculados en el seminario gratuito inicial, es decir, las primeras clases eran gratuita para después pasar por caja, en concreto la mejor opción que ofertaba este centro era el «aprendizaje de un año» por el módico precio de 1.495 dólares. Las clases no llegaban a tres días, es decir, a unos 500 dólares por día lectivo.
La tutoría tenía un montante de 10.000 dólares, pero el programa Gold Elite -Élite de oro- alcanzaba los 35.000 euros. Estos dos programas se ofertaban en el seminario en el que se impartía en sólo tres jornadas el conocimiento de todo un año.
Tras invertir casi 36.500 dólares, los estudiantes no recibían la fórmula del éxito que encumbró a Trump y que se prometía en el centro. «Estaban constantemente sometidos a la venta de eventos, productos o libros», afirma la demanda recogida por CNN Expansión. Desde la cúpula del imperio de Trump se han rechazado estas acusaciones al asegurar que «son completamente infundadas». Así ha afirmado Alan Garten, vicepresidente ejecutivo y director jurídico de la Trump Organization.
No es la primera demanda contra esta Universidad. Existe otra colectiva en representación de estudiantes en California, Florida y Nueva York con similares acusaciones y que aún sigue pendiente de causa judicial.
Y en una demanda presentada por el propio estado de Nueva York, un tribunal de primera instancia determinó que Trump era personalmente responsable de dirigir una escuela sin licencia y debía indemnizar a aproximadamente 800 consumidores en todo el país que tomaron cursos después del 31 de mayo 2010 en la Trump Entrepreneur Initiative, anteriormente conocida como la Trump University.