Cada día que pasa – o más bien, cada hora- surge el rumor de que, partidos o individualidades de la MUD, estarían en negociaciones con el régimen para transarse en torno a una fecha para el Revocatorio que, se desplazaría del 2016, al 2017.
Y la primera objeción que tendríamos que hacerle a los opositores de tan descabellado propósito, –si es que existen- es que, no se puede negociar en torno a mandatos constitucionales cuya autoría no detentan, pues, se trataría, como dice el refrán, “de hacer milagros con escapulario ajeno”.
Y no es que nos negamos a que haya diálogo y negociaciones entre el gobierno y la oposición, sino que para hacerlo hay que empezar por reconocer que existe una inmensa mayoría que exige, legítimamente, que se respete la constitución y que Maduro sea sometido a la voluntad popular. Acotación que no solo se la hacemos al gobierno, sino también, a la oposición.
Porque el dueño de la política del Referendo Revocatorio contra Maduro y para este mismo año, es el pueblo, esa inmensa mayoría de ciudadanos, quienes, desde que Henrique Capriles la asomó como la fórmula más viable para ponerle fin al madurato, la hicieron suya, y que no pasa un día sin que lo demuestren en la calle. Por eso importante tener en cuenta, si es que están negociando, que cualquier acuerdo debe tener como elemento principal, la celebración del referendo revocatorio este mismo año.
La MUD debe recordar que fue el entusiasmo de esa gran mayoría de ciudadanos la que hizo historia durante las jornadas de “El Firmazo”, la que echó el resto para que las firmas fueran revalidadas, y la que realizó la más grande concentración celebrada en Caracas, y el interior el país, el 1Sep, para que no quedarán dudas que su decisión es mantenerse en la lucha hasta que Maduro salga del poder y sin el recurso de dejarnos un sucesor “madurado”.
De modo que, opositores de la MUD, o de donde sean, el Revocatorio tiene un origen y una esencia popular que no les pertenece. El pueblo no negocia y no va a prestarse a violar la Constitución para para que no haya revocatorio en el 2016.
Maduro podrá tener de su lado instituciones amañadas, unos colectivos a sueldo y el apoyo de la cúpula militar, pero lo que no tiene ni tendrá jamás, es lo mas preciado: la aceptación y el apoyo mayoritario de un país. Esta es el arma mas poderosa con la que cuenta la democracia para ponerle fin, a través del revocatorio, a la dictadura.