Con toda seguridad Maduro no asumirá la presidencia del Mercosur esta semana, y apostaría que, ni siquiera en agosto-fecha que propuso Brasil para reconsiderar el asunto- se le permitiría al dictadorzuelo deshonrar una organización que nació para promover la democracia y espantar para siempre las dictaduras y la pobreza en la región.
Pero me atrevería a más: creo que no pasará el 2016 sin que Maduro y su régimen pierdan la membresía en un acuerdo de libre comercio circunscrito al área del llamado “Cono Sur”, cuyas particularidades geográficas convierten en “no propicios” a países que no sean Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
¿Cómo fue entonces que de tan lejos, del norte de Suramérica, se coleó un país cuyos mercados naturales son el área andina y centro y norteamérica?.
Pues porque Chávez destruyó la Comunidad Andina de Naciones, cuyos países no consideraba lo suficientemente izquierdistas para desvalijar a Venezuela y exportar la revolución, como si resultaron los populistas Lula y Dilma Rousseff de Brasil, Cristina Kirchner de Argentina y Tabaré Vázquez y José “Pepe” Mujica de Uruguay. Y fue así como esta avis rara, Chávez, se coleó en un mercado, donde no tenía productos que exportar y si mucho que importar.
Pero no fue lo peor, sino que, con una economía estatizada, el control de cambios y su declarada aversión al empresariado, Chávez no llenaba los requisitos doctrinarios para ingresar en la organización. Como también violaba la “Carta de Usuhaia”, -declaración democrática del Mercosur- donde no se permite que gobiernos que violen los derechos humanos, la independencia de los poderes y el estado de derecho, puedan acceder a la membrecía.
De modo que, ahora con la llegada de los gobiernos de Mauricio Macri y Michel Temer, que si están interesados en que se respete la carta constitutiva del Mercosur y los estatutos que lo rige, es evidente que un gobierno como el de Maduro, que esta en la via contraria, ya no cabe en la organización.
Sueños del pasado de un grupo de trasnochados, cuyos delirios no pueden continuar, porque la democracia volvió al Mercosur y los coleados totalitarios deben hacer sus maletas y partir. Bon voyage