Maduro, se vio forzado ayer a abrir la frontera con Colombia tras los rumores de que se iba a producir una nueva oleada de gente intentando cruzar la frontera para abastecerse en los supermercados del país vecino. Centenares de venezolanos ya han cruzado la frontera.
La frontera, que solo se ha abierto entre los puentes internacionales Simón Bolívar en Venezuela y Francisco de Paula Santander, en Colombia, lleva abierta desde las 11 de la mañana hora española y se cerrará 12 horas más tarde, según informó el gobernador del estado venezolano de Táchira, José Gregorio Vielma Mora.
Vielma Mora admitió que abrirán la frontera forzados debido a los rumores de una nueva oleada de gente desesperada en busca de productos básicos, y culpó el movimiento de gente a la oposición.
A la defensiva, el gobernador de Táchira dijo que Maduro tomó su decisión «de buena fe, de paz, no quería enfrentamiento con personas en la frontera». Aseguró que no habrá enfrentamientos. «Si mañana se acerca un grupo de personas a la frontera no vamos a crear problemas, no vamos a enfrentarlas».
El comentario hacía aparentemente referencia a la situación que se dio el pasado martes, cuando unas 500 venezolanas procedentes de la ciudad de Ureña atravesaron el paso cerrado por el puente internacional Francisco de Paula Santander y llegaron a Cúcuta para comprar productos ante la escasez.
Vielma Mora dijo que espera que en los próximos días se pueda celebrar una reunión «binacional» y que la frontera se debe abrir en un esquema de legalidad y cumpliendo los «trámites burocráticos».
Maduro anunció el 19 de agosto el cierre de la frontera en seis municipios del occidental estado Táchira tras ser atacada una patrulla militar y un civil por paramilitares colombianos, según el Ejecutivo y dos días después decretó el estado de excepción en esa zona.
La situación que vive el país bolivariano no para de tocar fondo. No se consiguen alimentos en los supermercados, las farmacias no tienen medicamentos, las verdulerías están vacías y en caso de tener qué vender, los locales tienen colas inmensas, que duran días. Además, la inflación parece ser la peor de la historia de Venezuela: se espera que alcance un 700 por ciento.
«Somos de aquí de San Antonio, de verdad no tenemos nada de comida para darle a nuestros hijos, entonces no me parece justo que la frontera todavía siga cerrada», cuenta una mujer que crucó el puente junto con su esposo y dos hijos, de 5 y 2 años, y que prefirió no dar su nombre.
Con información de ABC, y EFE