La dictadura de Maduro es una bestia acorralada, y por tanto, lanza zarpazos a diestra y siniestra, en un afán inútil de evitar lo inevitable: su salida del poder.
Lo vimos la semana pasada cuando, con su «Cartel Antigolpe» compuesto de maleantes y narcotraficantes, arreciaron su locura y persiguieron y detuvieron al diputado de Voluntad Popular Gilbert Caro, en abierta violación de su inmunidad parlamentaria. Así mismo lo hicieron con otros dirigentes opositores de VP y Primero Justicia y al general, Raúl Badúel, a quién se le suspendió la medida de “casa por cárcel” y se le recluyó, de nuevo, en la prisión de Ramo Verde.
Pero, igualmente, embistió contra el gobernador de Miranda y excandidato presidencial, Henríque Capriles -ahora desde la Contraloría-, citándolo para imponerlo de un supuesto juicio lo cual lo único que persigue es, inhabilitarlo. Es decir, destituido de la gobernación de Miranda y despojado de sus derechos políticos que, de acuerdo a la truculenta jurisprudencia del truculento dictador, podría ser por el resto de sus días.
Y así como Capriles, podrían ser “inhabilitados” Julio Borges, Henry Ramos, Freddy Guevara, David Smolansky la mayoría de los lideres opositores, como aplicación de una fórmula “muy socialista y totalitaria del siglo XXI” de: no te meto preso ni te mando al exilio, pero te dejó en tu casa o en la calle, pero sin derechos de asistir ni siquiera a un mitin político.
Vale decir que, con detenciones, persecuciones e inhabilitaciones la dictadura del indocumentado (aún no le presenta al país su partida de nacimiento) quiere despejar de la vía a nuestros líderes más aguerridos e indoblegables y avanzar en su régimen de terror y destrucción y sustituirlos por una oposición blandengue, light, hecha a la medida, al estilo de Henry Falcón y su Avanzada Progresista, o el recién beneficiado Manuel Rosales, con su partido UNT, y que lo puedan blindar para dar la apariencia de que, en Venezuela, existe un «gobierno democrático».
Y eso es lo que quiere Maduro, lograr que los ciudadanos, agobiados con los problemas diarios, como conseguir que comer, no nos demos cuenta de su plan macabro. Pero el bravo pueblo venezolano no lo puede permitir, esa mayoría de un 80 por ciento que ya lo desaló de la Asamblea Nacional en las elecciones parlamentarias del 6-D, debemos no solo rebelarnos contra la tiranía sino que debemos defender a los lideres democráticos que nos quedan y rescatar la democracia secuestrada en manos de una cuerda de bandidos inmorales, delincuentes y criminales.
Si se meten con uno, se meten con todos.
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