Es una reivindicación de la razón histórica –tan maltrecha en estos días de Donald Trump, Juan Manuel Santos, y Nicolás Maduro-que los electores españoles no dejarán salir de su cuna al hijo que en mala hora les sembró, Chávez, para que continuara su obra de restauración del socialismo, la estatocracia y la igualidad en la pobreza y la opresión.
Un partido “Podemos”, en fin, que nadando en una crisis que no eran atribuibles a la democracia constitucional hispana, se colgó de toda suerte de naderías para que lo siguieran “los políticamente de izquierda”, porque son “políticamente superficiales”.
Los caudillaba un tal Pablo Iglesias, aun no se si economista, sociólogo, o filósofo, porque leer algo de él no he tenido el gusto y si oírlo, fue para que sus anacronías me hicieron bostezar hasta el sueño.
En lo que si atinó el economista, sociólogo o filósofo fue acercándose al abrevadero en petrodólares de la corrupción castrochavista, como que ya en 2004 estaba forrándose en buenos bolívares y mejores dólares, en portentosos contratos de asesorías que jamás empezó, ni terminó.
Y si no él, era su embajador en Venezuela, el economista y profesor de la Complutense, Juan Carlos Monedero, con quien tuve el deshonor de compartir en un programa de televisión matutino de un canal que, después me enteré, los teóricos comunicacionales de “Podemos” recomendaron abolir.
Pero fieles a su inspirador y financista, Chávez, estos muchachos de “Podemos”, pues siempre defendían sus brutalidades y violaciones de los Derechos Humanos, y se quedaban tan tranquilos, tan demócratas.
Lo extraño es que crecían y crecían, mientras les llovían denuncias de corrupción, en Madrid, Bruselas, Caracas, y se revelaba que habían recibido cobres hasta de Irán para fundar un imperio medíatico con el que, al igual que Chávez, realizarán “su” hegemonía comunicacional.
Y así, hasta el 26J, mejor dicho, hasta hace dos días, el domingo, cuando los electores españoles, cansados de tanta trampa, farsa, mentira e hipocresía votaron mayoritariamente por la democracia y de “Podemos” solo quedará decirse que fueron otro mal negocio de Chávez.