Manuel Malaver
Está tan despechado Maduro porque tres de los países miembros del Mercosur (Argentina, Brasil y Paraguay) decidieron no traspasarle la presidencia pro témpore de la organización -en razón de argumentos estrictamente jurídicos-, que pareciera que “el hombre que habla con los pájaros” anunciará de pronto una invasión contra el Mercosur.
Y es que, no de otra manera puede interpretarse que Maduro y su cancillera, Delcy Rodríguez, hayan empezado a referirse a los países que resisten “su” presidencia, como de una nueva “Triple Alianza”, y a Temer, Cartes y Macri, como de unos nuevos Strossner, Videla y Pinochet.
En otras palabras que, si hay que revivir aquellos siniestros generales y dictadores que ensangrentaron al Cono Sur de los 70 y 80, es porque Maduro y su gobierno se sienten como una suerte de reencarnación de Allende y la izquierda que luchó y se inmoló contra el militarismo y la violencia,
Pero sin que la pretensión de Maduro, y sus militares, no pase de ser otra impostura y trasnocho de quienes, en ningún sentido, se comparan al socialista y demócrata Allende y, mucho menos, a hombres y mujeres que tuvieron el enorme mérito de morir por sus ideales.
Entre Maduro y compañía, por el contrario, no se cuenta un solo héroe, sino una sarta de “fanáticos sedientos de dòlares” que, llegaron al poder, algunos, después de unas elecciones muy legales y muy pacíficas, y otros, porque Chávez, el fundador, se los legó, luego de morir en su cama y sin las botas puestas
En breve: que de lo que saben Maduro, y quienes lo precedieron, es de ordeñar la vaca lechera petrolera venezolana, y después de que la han dejado exhausta, de incurrir en todo tipo de delitos, como pueden ser el mercado negro o bachaqueo, el lavado de dinero y el narcotráfico.
De modo que, más que de una revolución, ya dentro, como fuera del país, se habla de Maduro y sus militares como de una mafia de la delincuencia organizada que, aparte de infamarse, ha hundido en el hambre, la miseria y la desigualdad a Venezuela.
Y es por eso que, a Maduro se le ha negado la presidencia del Mercosur y no porque tenga nada que ver con Allende, ni la izquierda sureña de los 70 u 80.