No abrigo dudas que hoy, 1Sep, la Paz saldrá fortalecida en toda Venezuela y que, a pesar de los intentos que hagan sus enemigos por desgarrarla, no habrá ocasión para que se perturbe y pierda el enorme esfuerzo que hacen los venezolanos que ahora enfrentan a los sables, los fusiles y las balas.
Y sin cejar en el temple que solo se logra respetando la Constitución y las Leyes, y demostrándole a los violentos que, no hay arma más poderosa que la que se nutre del amor por la libertad y la democracia, que prescribe irrestricto respeto por la pluralidad, la independencia de los poderes y los derechos humanos.
Ideas por las que salieron hoy a las calles más de un millón de ciudadanos que luchan, también, para que régimen de Maduro se plegue al mandato constitucional que lo obliga a someterse a un Referendo Revocatorio antes de fin de año y acate la voluntad popular que ya se sabe le será adversa.
Porque “Nicolás Maduro” es el nombre y apellido que ha tomado la peor crisis política, económica y social que ha sufrido la República en toda su historia, y será también la de su fin, porque no puede separarse el puñal de la herida que produce, ni el fusil del disparo con el cual ciega vida, aliento y destino.
De ahí que, la recuperación de la Paz, la Libertad y la Democracia en Venezuela, así como del fin de las políticas económicas que la agobian, son inseparables del pavoroso gobierno de Maduro y en eso andan los venezolanos que hoy dan un paso largo y profundo para que el horror que vivimos no tenga más allá.
Eso sí, en los términos que establecen la Constitución y las Leyes, sin apartarse de la hoja de ruta que nos conduce al Referendo Revocatorio y defendiendo la Paz que escapa a la circunstancialidad de la política para convertirse en un objetivo transcendente, metafísico y místico.
Por eso la vela que prendí anoche, y que espero nunca se apague, por la Paz de Venezuela.