La corrupción es uno de los elementos que incluye la fundación suiza en su índice anual de competitividad, basado en una encuesta a 15.000 líderes de negocios de 141 economías mundiales. Las tres preguntas formuladas a estos ejecutivos fueron: “¿Qué tan común es el desvío de fondos públicos a empresas o grupos?; “¿Cómo calificas la ética de los políticos?” y “¿Qué tan común es el soborno por parte de las empresas?”.
Entre las 10 naciones más corruptas de la clasificación, cinco son latinoamericanas —Venezuela a la cabeza, con 1,7; Bolivia, con 2; Brasil y Paraguay, ambos con 2,1 y la República Dominicana, con 2,2—, pero que no son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el think tank cuya pertenencia marca la frontera entre las naciones industrializadas y las que no lo son.
Un informe del Foro publicado en junio situaba a la corrupción como el problema más importante que debe enfrentar América Latina, según sus líderes políticos y de negocios. Escándalos como el de Petrobras, en Brasil; las acusaciones vertidas sobre la expresidenta argentina Cristina Fernández, y los sobornos de los que se acusa al exmandatario guatemalteco Otto Pérez-Molina mantuvieron estancada a la región en la comparación de los índices 2014 a 2015.
Cn información de El País