La guerra por el poder en Venezuela se traslada a las familias herederas del “Comandante Eterno”
El megaguiso por la importación de arroz y maíz argentinos a Venezuela desde comienzos de año, parece ser el nuevo round entre las familias Maduro-Flores y Chávez-Colmenares por la herencia que, piensan, les dejó el “Comandante Eterno”.
El primero fue la “carta pública” del exministro de Planificación, Jorge Giordani, denunciando que Maduro “era un incapaz, improvisado, dilapidador y corrupto que llevaba la economía al desastre” y que tuvo el respaldo inmediato de “chavistas históricos” (muy allegados a la familia Chávez) como, Héctor Navarro, y Ana Luisa Osorio.
Y el segundo es, sin duda, el contraataque de los Maduro-Flores, dándole, a nivel nacional, toda la cobertura posible al “megaguiso” con las exportaciones de maíz y arroz Paddy a Venezuela por una empresa “Bioart”, S.A, con la cual aparece seriamente comprometida la hija mayor del “Comandante Presidente”, María Gabriela Chávez.
La denuncia es reseñada diariamente por el diario “Clarín” de Buenos Aires desde hace una semana, y si bien no hay pruebas de que agentes del “madurismo” tienen metidas las manos en los documentos que está publicando el matutino, es sospechoso –por decir los menos- que sean medios ligados a la familia presidencial los que están dándole la mayor cobertura.
Como es público y notorio, María Gabriela Chávez, está siendo promovida por el chavismo disidente para sustituir a Maduro en caso de que la crisis nacional desemboque en un colapso, y sean los propios chavistas quienes le administren la puntilla final, pero asegurándose que el poder quede en manos de la también llamada “familia imperial”.
En cuando al “megaguiso”, se trata de dos exportaciones realizadas por “Bioart, S. A.” a Venezuela: 37 mil toneladas de arroz y 40 mil toneladas de maíz.
El valor FOB del maíz, declarado por la exportadora en la Aduana de Buenos Aires, fue de 391, 5 dólares por tonelada. O sea, muchísimo más que el FOB oficial fijado por el ministerio de Agricultura de ese país: 220 dólares la tonelada. En otras palabras: que lo pagado por el gobierno de Maduro a “Bioart, S.A” totalizó un sobreprecio de 16 millones de dólares, cuando debió cancelar: 8 millones, 800 mil dólares.
El segundo caso, fue el de la exportación de 37.000 toneladas de arroz Paddy, a 606, 50 dólares por tonelada, cuando su valor de mercado oscilaba entre 350 y 380 dólares por tonelada. O, lo que es lo mismo: que a “Bioart, S.A, se le cancelaron: 22 millones, 422 mil dólares, cuando se debió pagar: 12 millones, 950 mil dólares.
Pero ¿cómo puede demostrarse la vinculación de María Gabriela Chávez en todo eso? Bueno por las fotos en que aparece con los dueños de “Bioart, S.A,”: los hermanos, Roberto y María Eugenia Vignati, en la embajada argentina en Caracas, 15 días antes de la primera negociación.