Tulio Farías y José Manuel González T., ex gerente de PDVAL, uno de los responsables de las fraudulentas compras de PDVAL con sobreprecios de 1000 por ciento, quien tiene prohibición de salida del país y mantiene un expediente en los Estados Unidos, continúan haciendo jugosos negocios con PDVSA, CITGO, BARIVEN HOUSTON y HOLANDA y CORPOVEX (con altos sobreprecios fácilmente demostrados al verificar los contratos asignados por empresas como PDVSA, BARIVEN y CITGO a las empresas: Ameritraders, Bridco, Thomas Pipe, SGL Tecnic, Petrologis, Petequip, y muchas otras donde operan de manera delictiva con el fin de estafar al estado venezolano.
Los sobreprecios de estas contrataciones oscilan entre el 300 y 500 por ciento.
Adicionalmente, dicen mantener en su nómina directores y gerentes de la Faja Petrolífera del Orinoco. a individuos tales como el Ing. Pedro León y Francisco Jiménez, ambos directores de la Faja.
A la lista de sus empleados suman al Gerente de Procura de PDVSA-GAS, Francisco Prada y Roy Gamboa, Gerente Regional de Procura de PDVSA-GAS, Rick Esser, Vice President de Supply and Marketing CITGO, Eduardo Assef Vice President, Refining de CITGO, José Luís de Jong, exGerente de Procura de CITGO, Tomeu Vadell, Vice President and General Manager, Lake Charles, Manufacturing Complex de CITGO, al Presidente de Bariven Jesús Guaraco, y al Gerente de Bariven en Holanda y Houston, José Manuel González.
Actualmente Tulio Farías y José Manuel González T., estarían haciendo negocios con PDVSA, BARIVEN y CITGO a fin de vender una serie de repuestos y equipos a estas filiales de PDVSA con unos sobreprecios groseros y descarados, a través de la complicidad con, José Luis de Jongh ex gerente de procura de CITGO.
Es así cómo, González, con prohibición de salida del país, logra dejar el territorio nacional cada vez que quiere desde el aeropuerto de Valencia con uno de sus aviones que tiene un costo de 12 millones de dólares e ingresar a los EE.UU (de donde tuvo que salir y es seguido por las autoridades por diversos delitos) a través de aeropuertos pequeños del Estado de Florida, donde no quedan registrados sus ingresos.
González, además, no solo jugó con la alimentación del pueblo estafando al país y robándolo, sino participó en la destrucción de las empresas de Guayana con la venta de equipos con 1000 por ciento de sobreprecios e inclusive cobraba equipos que nunca entregaba a las empresas.