Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Cuando tenía 10 años encontré junto con mi amiga Sarah un ejemplar de El placer del sexo debajo de la cama de sus padres. Al igual que muchos otros jóvenes de la época, nos devoramos las páginas. Tuvimos más suerte que los padres de Sarah o los míos, que habían crecido con las imágenes de National Geographic.
Hoy, las parejas no tienen que esforzarse en la oscuridad para aprender a dar placer a su pareja. Internet ha desmitificado el sexo para millones de personas y ha puesto el amor y la intimidad en nuestras manos. Y la tecnología va a seguir llevando el sexo a un nivel completamente nuevo en el futuro.
Actualmente hay suplementos sexuales ampliamente disponibles, pero el futuro traerá algunos productos de vanguardia. Los futurólogos predicen que en apenas 10 o 15 años habrá robots que lucirán y se sentirán increíblemente realistas, robots con los que una podrá abrazarse y tener sexo. Usted será capaz de diseñar su pareja perfecta, equipada con la voz correcta y la inteligencia artificial que le permita susurrar palabras de amor en el momento preciso.
Acompañantes románticas virtuales como la Samantha de la película Ella serán una realidad. De hecho, ya existe una aplicación llamada Invisible Boyfriend (literalmente, novio invisible), que permite recibir textos amorosos como si fueran enviados por una persona de carne y hueso.
Vamos a ser capaces de tener intensas experiencias sexuales sin contacto físico. ¡Qué manera de prevenir enfermedades! Imagínese participando de cualquier experiencia, desde los juegos previos a la exploración de sus fantasías más desatadas, o estimular a su pareja con un clic del ratón, aunque esté en otra parte de la ciudad o en otro país.
Al mismo tiempo, un mayor conocimiento de la neurobiología del sexo permitirá desarrollar elementos que estimulen directamente el cerebro para que podamos simular una experiencia sexual alucinante, independientemente del contacto físico. Esto no sólo tendrá infinitas consecuencias recreativas, sino que también modificará significativamente la vida sexual de las personas con discapacidades.
En ese contexto, las relaciones de larga distancia serán mucho más frecuentes. A medida que el mundo se hace más pequeño y la tecnología avanza, encontraremos almas gemelas en lugares lejanos con las que podremos mantenernos en contacto de manera virtual.
Si quisiéramos, incluso seríamos capaces de procrear sin un encuentro cara a cara. Las tecnologías reproductivas están evolucionando rápidamente y pronto enfrentaremos dilemas éticos en torno a bebés con más de dos padres o de padres que han muerto pero que han dejado su material genético, o de dos padres que nunca se han conocido en persona pero que han enviado su material genético a un laboratorio.
Con los avances de medicina, la disfunción sexual femenina recibirá finalmente la atención que merece. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, su sigla en inglés) ha aprobado 20 drogas para ayudar a los hombres a tratar su disfunción sexual. ¿El número aprobado para las mujeres? Cero. Creo que la actitud estrecha y centrada en el hombre que tenemos respecto de la salud sexual de la mujer cambiará en las próximas décadas a medida que las mujeres reclamen más para ellas. Nosotros (y la FDA) celebraremos una mejor forma de amar a través de la química gracias a una plétora de intervenciones médicas que pronto llegarán al mercado y que nos permitirán tener orgasmos más intensos y nos harán más delgadas, más bronceadas y más libidinosas de golpe. Y que además agrandarán el tamaño del punto G.
Por otro lado, las etiquetas de orientación sexual serán cosa del pasado. Una nueva ola de hombres y mujeres jóvenes están adoptando una amplia gama de expresión sexual, describiéndose a sí mismos como mayormente heterosexuales, pero abiertos a tener relaciones con personas del mismo sexo, si la ocasión se da. Además de la legalización del matrimonio homosexual en todo EE.UU., no tengo ninguna duda de la que comunidad transgénero logrará avances sorprendentes en materia de derechos civiles, aceptación y celebración por el resto de la sociedad.
Sospecho que dentro de una década estaremos en la cresta de una ola en búsqueda de más estimulación en menos tiempo, de acoplamientos transitorios y rápidos y del próximo gran adelanto que haga al sexo más emocionante. La buena noticia es que el sexo será más seguro y más exploratorio que nunca, dadas las capacidades virtuales. La mala es que probablemente veremos un aumento en la adicción sexual y una disminución en la conexión emocional entre las personas. La gente lucha con la depresión y la soledad existencial que viene de la falta de conexiones ricas y auténticas.
Al final, no importa qué tan realistas sean los robots sexuales o qué tan reconfortante sea el novio invisible. El año 2050 no va a ser tan diferente del 1050. Podremos estar volando en naves espaciales, pero seguiremos buscando a LA persona, guiñándole el ojo al chico o la chica (o persona transgénero) que viajen en la nave junto a la nuestra.
Berman es sexóloga y profesora asistente de psiquiatría clínica y obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago.