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En total se presentaron 47 cargos contras los acusados, que incluyen sobornos, chantajes, fraude y conspiración para el blanqueo de dinero. Entre los acusados se encuentran Jeffrey Webb y Jack Warner, actual y antiguo presidente de la CONCACAF, la confederación que representa a la FIFA en América del Norte, central y el Caribe. El total del fraude asciende a 150 millones de dólares, por la vía de la obtención de contratos vinculados a los derechos internacionales de los torneos.
Loretta Lynch, que hace pocas semanas se estrenó como fiscal general de Estados Unidos, explicó en rueda de prensa que se trataba de una trama corrupta con “raíces profundas”, que operó de manera sistemática “durante al menos dos generaciones”. Señaló que los acusados “abusaron de su posición de confianza para hacerse con millones de dólares en sobornos y a través del chantaje”. En su opinión, este tipo de actos causan un daño enorme al deporte.
Las principales víctimas, indicó, son las jóvenes ligas en los países en vías de desarrollo que se benefician de los ingresos generados por los derechos del fútbol. También los cientos de millones de seguidores que tiene este deporte por el mundo y que lo apoyan. Por eso cree que los responsable de estas prácticas deben ser sometidos ahora a la Justicia y espera que la acción legal mande un claro mensaje. También pidió a la FIFA que haga una supervisión “más honesta”
En la rueda de prensa participaron también el director del FBI, James Comey, y el responsable de acciones criminales de la agencia tributaria, Richard Weber. A primera hora de la mañana, a petición de las autoridades estadounidenses, fueron arrestados en Zurich siete de los acusados, entre los que figuran también Eduardo Li, Julio Rocha, Costas Takkas, Eugenio Figuerero, Rafael Esquivel y José María Martín. En paralelo, se inspeccionó la sede de la CONCACAF en Miami.
Comey recordó que el fútbol es el mayor deporte del mundo y explicó que esta trama de corrupción atentaba contra los principios sobre los que se sustenta. Lamentó especialmente que este tipo de pagos ilícitos se hayan convertido en una forma de hacer negocio en el seno de la FIFA. Como añadió Weber, “los mismos líderes de la organización engañaron a los miembros que se supone representaban”. “La corrupción, la evasión fiscal y el blanqueo de dinero no pueden ser los pilares de cualquier negocio”, añadió.
Charles Blazer, antiguo secretario general de la confederación americana, aparece citado como una de las personas que cooperó con las autoridades para poder montar el caso y admitió su culpabilidad en la trama. También José Hawilla, de propietario de la compañía Traffic Group, con sede en Brasil. Las autoridades estadounidenses dejaron claro además que los cargos anunciados no debe entenderse como el punto y final a esta investigación que azota al fútbol.
Durante la madrugada, agentes suizos detenían a los implicados en sus habitaciones del hotel de cinco estrellas Baur aur Lac, un lujoso edificio con vistas a los Alpes y al lago de Zúrich donde los dirigentes se reúnen para su encuentro anual, que arranca el próximo viernes y donde habrá elecciones a la presidencia de la FIFA.
«Es un día triste para el fútbol», ha declarado Bin-AlHussein. Tras pedir las llaves en conserjería, los agentes han ido a las habitaciones para proceder a las detenciones. El diario explica que un alto cargo de la FIFA (a quien no identifica) ha sido conducido por las autoridades desde su habitación a una puerta trasera para abandonar el hotel, permitiéndole llevar consigo su equipaje.