Puede sonar a toda una paradoja, pero la “Ley de Desarme Voluntario” es la que menos tiempo ha tardado en ser “desarmada” en Venezuela. Es decir, no solo no alcanzó a imo. y luego en Venezuela- de las autoridades e instituciones que intentan aplicar leyes sin detenerse en los intereses que afectaplementarse sino que la autoridad que tenía la responsabilidad de hacerla realidad, el ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, perdió su cargo por haberlo intentado.
Su caso se incorporará al expediente político -tan voluminoso en Venezuela- de las autoridades e instituciones que intentan aplicar leyes sin informarse de los intereses que afectan, y luego, cuando se los tropiezan, deben salir con el rabo entre las piernas.
El general, Miguel Rodríguez Torres, en efecto -y con él los oficiales de la FAN que lo secundaron en la intentona- no percibieron que hablar de “desarme” en Venezuela es referirse, fundamentalmente, a los “colectivos” de civiles armados que, desde los inicios del llamado gobierno revolucionario (por allá en 1999), empezaron a estructurarse, y que hoy, conservadoramente, pueden fijarse en 10.000 efectivos.
En otras palabras: que un ejército alternativo y paralelo que ha ido suplantando al regular y constitucional y, en muchos sentidos, relevándolo de sus funciones, puesto que ya asumen tareas de orden público, vigilan las fronteras e imperan sobre barrios, calles y campos cual fuerza de ocupación.
También reprimen, como se vio en la crisis política de febrero y junio pasado, cuando soldados y oficiales de las fuerzas regulares fueron puestos bajo su mando y control.
Nada entonces para extrañar que el ímpetu de Rodríguez Torres para “desarmar” a los colectivos terminará con un desastre legal, político y militar, que deba temer con que pronto será llevado a los tribunales penales, por que los enemigos que le han surgido dentro del gobierno son poderosos y están armados y, seguro, que le harán pagar su atrevimiento.
De igual manera, terminarán más temprano que tarde enfrentándose a la FAN, por que para eso fueron creados.