El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón, afirmó que el gobierno de Nicolás Maduro “carece de autoridad moral para llamar al diálogo y a la paz”.
Al inaugurar la reunión anual de los obispos, Padrón justificó su acusación en que el gobierno no ha podido derrotar lo que denuncia como una “guerra económica” y “dar alimento y medicinas al pueblo” e indicó que “los intereses del gobierno no son los intereses del país, su gente y sus instituciones”.
En ese sentido, monseñor Padrón advirtió que esta postura está abriendo las puertas a hechos de violencia similares a los registrados en el año 1989.
“Las ciudades de Cumaná y Tucupita, entre otras, han experimentado los efectos de las políticas sociales y económicas equivocadas y la indolencia de las autoridades. Pareciera entonces que una nueva edición del Caracazo se realiza por capítulos”, alertó, al tiempo que reclamó que se consulte al pueblo sobre el rumbo que debe tomar Venezuela y que se respete su decisión.
El presidente de la CEV dijo que la iglesia está dispuesta a facilitar un proceso de diálogo que permita, este año de la misericordia, avanzar en la reconciliación y superar la crisis.
Por otra parte, destacó que la democracia en Venezuela está resquebrajada, razón por la cual se debe acudir al pueblo, refiriéndose al proceso de referéndum revocatorio.
A su juicio, el sistema político en Venezuela está agotado y el afán de mantenerse en el poder no justifica cualquier acción, el gobierno ha manifestado “incapacidad para superar la crisis”.
Monseñor Padrón fustigó la acción del gobierno de Nicolás Maduro en cuanto al combate de la inseguridad. “Un Gobierno que en 17 años no ha logrado controlar la delincuencia, no está en condiciones de asegurar tranquilidad”, dijo.
Aceptar la ayuda
El presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, aprovechó la ocasión para reiterar el llamado que en los últimos meses vienen haciendo para que las autoridades acepten la ayuda humanitaria que desde distintos gobiernos e instituciones internacionales le han ofrecido para paliar la escasez de alimentos y medicinas que sufre el país; y en particular para que autorice a Cáritas Venezuela a recibirla y entregarla.
“La capilaridad de Cáritas y la cooperación de instituciones privadas, no gubernamentales y personas capacitadas nos hacen capaces de recibir y distribuir adecuadamente las muchas ofertas que a diario recibimos del exterior. No es la solución definitiva, pero sí un paliativo que no debería esperar más”, afirmó.
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