La acusación indica que Nagarwala habría practicado la mutilación genital en dos niñas que fueron llevadas desde Minnesota a una clínica en Michigan en febrero, y se afirma que otras menores habrían sido sometidas a esa práctica entre 2005 y 2007.
La BBC incluso señala que Nagarwala habría practicado mutilación genital femenina en niñas de entre 6 y 8 años durante los últimos 12 años.
Nagarwala se ha declarado inocente, de acuerdo a la BBC, pero si es hallada culpable en el proceso que se le ha iniciado en una corte de Detroit podría enfrentar la cadena perpetua.
Una de las niñas afectadas, de acuerdo al Times, dijo que pensó que ella y la otra menor fueron llevadas al médico porque “les dolía la barriga” y que la operación le causó tanto dolor que gritó y casi no podía caminar.
Nagarwala se encuentra actualmente bajo arresto y ha sido puesta en condición de baja administrativa del Hospital Henry Ford de Detroit, donde ella regularmente trabaja, aunque las autoridades de ese centro médico han indicado que las mutilaciones genitales referidas, a las que condenan, no se practicaron allí.
Se trataría, como se ha referido, del primer caso judicial de su tipo en Estados Unidos, pero eso no significa que la práctica de la mutilación genital femenina sea algo inexistente o raro. En realidad, como señaló en 2016 un estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedad (CDC) y un reporte al Congreso de la Oficina de Fiscalización Gubernamental, se estima que unas 513,000 mujeres y niñas se encuentran en Estados Unidos en riesgo de sufrir mutilación genital, o ya la han sufrido. Y a escala mundial, de acuerdo a la UNICEF, unas 200 millones de mujeres habrían sido sometidas a esa práctica, aunque las cifras exactas se desconocen.
En el caso denunciado en Michigan, la televisora WXYZ citó documentos de la corte en los que se indica que autoridades del FBI solicitaron a la empresa telefónica Sprint PCS información de las llamadas telefónicas de Nagarwala e identificaron actividad con un número telefónico en Minnesota realizada a principios de año. Entonces, las autoridades identificaron que ese teléfono pertenecía a una familia con una menor de 7 años. Los datos también señalaron que el teléfono en cuestión estuvo activo en Michigan en febrero pasado.
Así, se logró contactar a una de las menores que fueron sido sometidas a mutilación genital. Una de ellas, entrevistada por los investigadores, dijo que había sido llevada al área de Detroit en un “viaje especial para niñas”. Un médico que la examinó confirmó que la menor fue mutilada genitalmente. La otra menor, que también fue entrevistada, reconoció a Nagarwala como la persona que realizó en ella el procedimiento, de acuerdo a las autoridades.
Este perturbador caso ha abierto el debate sobre la necesidad de prevenir y contener la práctica de mutilación genital femenina en Estados Unidos, pero hay fuertes limitantes, empezando por el hecho mismo de que esas prácticas se realizan de modo clandestino, quizá en hogares o en clínicas aisladas.
Por ejemplo, en el país existe, como indica un reporte de la organización Equality Now, una falta de información sobre cómo deben escuelas e instituciones de salud manejar las sospechas o los casos de prácticas de mutilación genital femenina, y dada la complejidad y gravedad del asunto se requiere, según ese informe, un proceso integral que incluya cuestiones legales, culturales, médicas y educativas.
Aunque aún debe darse el proceso judicial y más allá de lo que defina la corte, la atención pública e institucional que ha cobrado el caso presentado contra Nagarwala podría catalizar mayor actividad y concientización sobre el ominoso problema de la mutilación genital femenina en Estados Unidos.
Jesús del Toro vía Yahoo Noticias