“Con efecto inmediato, los cubanos que traten de entrar ilegalmente a Estados Unidos y no califiquen para una asistencia humanitaria serán sujetos a su retorno”, señaló en el comunicado Obama. “El Gobierno cubano ha aceptado permitir la entrada de los ciudadanos cubanos a los que se ha ordenado regresar, como ha hecho con los interceptados en el mar”.
Este anuncio, con el que el presidente parece cerrar la transformación de las relaciones con Cuba, supone un notable cambio en la política migratoria estadounidense respecto a los cubanos, que desde los años sesenta cuentan con un proceso especial para recibir un permiso de residencia bajo la ley de Ajuste Cubano.
A partir de ahora, para beneficiarse de esa ley, los cubanos tendrán que ingresar de manera legal a Estados Unidos, ya sea con una visa o el permiso de las autoridades migratorias.
De acuerdo al presidente Obama, la normalización de las relaciones entre los dos países hace obsoleta la política de “pies secos, pies mojados” y encuadra a los cubanos en la misma categoría que los ciudadanos de cualquier otro país que quieran emigrar a Estados Unidos.
“Seguiremos dando la bienvenida a cubanos como damos la bienvenida a inmigrantes de otros países, de acuerdo a nuestra leyes”, apuntó.
La política instaurada por Clinton tras la crisis de los balseros de 1994, cuando una oleada de refugiados llegó a las costas de la Florida, disponía que todo cubano que pisara suelo estadounidense conseguía permiso automático para quedarse en el país y recibía la residencia permanente al cabo de un año y un día.
Ahora todo aquel que sea interceptado en el mar debe regresar a la isla, a no ser que sea considerado un refugiado político.
Los rumores sobre la posibilidad de que Washington accediera a esta petición de La Habana ha provocado en el último año una gran ola migratoria que ha dejado a miles de cubanos varados en Centroamérica, que ha cerrado sus fronteras.
Según la agencia AP, un alto funcionario de la administración admitió que el Gobierno cubano no ha dado ninguna garantía acerca del trato que recibirán quienes sean repatriados a la isla, pero recordó que toda persona que tenga miedo de represalias o sufra persecución tiene derecho a pedir asilo político en Estados Unidos.
Otra de las medidas derogadas este jueves fue una disposición que favorecía la deserción de médicos cubanos, por considerar que dañaba al sistema sanitario cubano. “Como dije en La Habana, el futuro de Cuba está en manos de los cubanos”, concluyó Obama.
La decisión del presidente a pocos días de entregar el poder a Donald Trump, quien podría anular este cambio por tratarse de un decreto presidencial, ya ha generado polémica entre la comunidad cubana en Estados Unidos, a la que cada año llegaban decenas de miles de compatriotas que hasta ahora se beneficiaban de esta medida.
El representante Bob Menéndez, de origen cubano, criticó este cambio, que enmarcó en una serie de “recientes cambios mal concebidos” que “premian al régimen” que preside Raúl Castro y que el año pasado enterró a su líder histórico.
“El anuncio de hoy solo servirá para estrechar el nudo con el régimen castrista tiene en el cuello de su pueblo”, agregó el legislador demócrata de Nueva Jersey.
Con información de AFP, ABC, EFE