Albero Peña Plaza es una de las pocas personas de la tercera edad que asegura estar en la línea de fuego junto con los chamos de la “resistencia”. Dice que va a estar en la calle el tiempo que sea necesario.
Caracas. Albero Peña Plaza acude a todas las marchas con una “máscara antigases” que el mismo se fabricó. Es un hombre que aparenta cierta condición de fragilidad por sus años y su delgadez, pero eso no ha sido impedimento para marchar kilómetros, participar en los trancazos, en los plantones, en vigilias, y todo tipo de actividades que ha realizado la oposición venezolana en contra del presidente Nicolás Maduro.
Para el mes de septiembre el abuelo cumplirá 70 años y hoy en día mantiene firme un propósito: “Tenemos que seguir en la calle, cueste lo que cueste”.
Cuando llega al lugar de la concentración se le acercan muchas personas para hacerse fotos con él, o simplemente le piden permiso para tomarle una, él accede y sonríe a la cámara.
A sus 15 años vivió la caída de la dictadura perezjimenista, el 23 de enero de 1958.
“En ese tiempo vivías bien, había comida, medicinas, y se comenzaba a modernizar la ciudad, pero igual estaba mal porque no podías pensar distinto”, recordó el hombre mientras marchaba por la avenida Principal de Las Mercedes.
Desde que Chávez ganó la presidencia, siempre que puedo voy a marchar. Está mal todo lo que hace este Gobierno”, puntualizó.
Mientras marcha no falta quien le extienda un saludo y hasta le pida la bendición, otros le dicen que se cuide. En su cabeza siempre está un pote de plástico, lo suficientemente ancho como para tapar su rostro, le colocó un borde de goma, y una cinta para sujetarlo en su cara cuando las bombas lacrimógenas se hacen presentes en una protesta.