Con una inflación superior al 500% a fines de 2016, los venezolanos siguen sufriendo la grave crisis económica y de desabastecimiento que atraviesa el país. Ante esta crítica situación, el presidente Nicolás Maduro anunció este domingo un aumento de 50% del salario mínimo del salario mínimo nacional y de las pensiones de jubilados en medio de una fuerte inflación en el país.de los trabajadores. Sin embargo, este aumento sigue siendo insuficiente para las necesidad de los venezolanos.
Informó que con el aumento, el salario mínimo nacional pasará de 27.092 a 40.638 bolívares. El salario es complementado por el bono de alimentación de los trabajadores, que es de 63.720 bolívares, lo que ubica el ingreso mínimo nacional en 104.358 bolívares. El mandatario estimó que esto significa un incremento de «536 por ciento anualizado».
Los sucesivos aumentos ordenados por el mandatario bolivariano han sido devorados por la alta inflación -estimada en 475% en 2016 y proyectada en 1.660% para 2017 por el FMI- y la pérdida de valor del bolívar frente al dólar. Además del creciente costo de la vida, los venezolanos sufren una severa escasez de alimentos y medicinas.
Maduro, que acusa a la oposición de una «guerra económica» contra su Gobierno, agregó durante, su programa «Contacto con Maduro» que el incremento alcanzará a los trabajadores del Estado, de los sectores de educación y salud y a los de la Fuerza Armada, además de los pensionados. «Es justo y necesario para defender a los trabajadores de las embestidas capitalistas y de la derecha, que solo piensa en una cosa: golpe de Estado y guerra económica», indicó.
$12 y apenas 6,5 % de la canasta
El nuevo salario mínimo equivale a apenas 12 dólares, de acuerdo con la estimación de Dolar Today para el mercado paralelo, cotización a partir de la cual se fijan precios en infinidad de productos en el mercado nacional. Este domingo, la moneda estadounidense equivalía a 3.348 bolívares.
Otras estimaciones en el país revelan la precariedad del salario mínimo para una familia venezolana. Tal es el caso del precio de la canasta alimentaria, calculada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), que en noviembre se ubicó en Bs. 624.544.
Con este dato, el más reciente hasta ahora, se evidencia que el nuevo salario mínimo cubre apenas 6,5 % de la canasta básica familiar que, además de alimentos, incluye servicios como transporte, educación, vivienda y salud.
Al sumar el bono de alimentación, con el que el Ejecutivo ha reforzado la política de precarización del salario, el ingreso mínimo de los venezolanos permite cubrir apenas 16,7 % de la canasta básica de noviembre.
Impulso a la inflación
El economista José Luis Alcocer, coordinador de la corriente laboral Unidad Matancera de la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro” (Sidor), aseguró que los aumentos salariales improvisados nunca han sido beneficiosos para los trabajadores. “El éxito de un gobierno no está en las veces que se aumente el salario mínimo, está en no tener que aumentar, y que con poco se pueda comprar mucho y no como ocurre actualmente, que con lo que se gana no se compra lo suficiente para comer”, destacó, a través de un comunicado.
“Venezuela es el único país del planeta donde un aumento salarial pone a temblar a los factores humanos que intervienen en la producción, trabajadores y empresarios, porque no son producto de un consenso, sino que es una operación sorpresa. Nadie se opone a un aumento salarial, pero estos no pueden venir por si solos, deben venir acompañados por un incentivo a la producción”, explicó.
El sidorista recordó que de acuerdo con el artículo 3 del Convenio 131 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para determinar el nivel de los salarios mínimos deben considerarse las necesidades de los trabajadores y sus familias, tomando en cuenta el costo de vida, de las prestaciones de seguridad social y del nivel de vida relativo de otros grupos sociales; así como los factores económicos, incluidos los requerimientos del desarrollo económico, niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel de empleo.
Tanto el presidente Maduro, como su nuevo gabinete económico, acaban de darle un impulso, aun mayor, a la inflación, porque el aumento del salario mínimo ni compensa el poder de compra de los trabajadores ni se corresponde en términos reales con la productividad nacional. Financiarlo con impresión monetaria, devaluaciones o nuevos impuestos, sin modificar nada más, continuará deteriorando el poder adquisitivo de la gente”, resaltó.
Con información de Correo de. Caroní, AFPl3