Alexis Aponte
Este año promete ser muy difícil, tanto, que en el mejor de los casos sería igual al 2016, lo cual ya es mucho decir.
Ante tal panorama estamos obligados a planificar, afinar los controles de todas nuestras acciones, tratar de cometer la menor cantidad de desviaciones de nuestros objetivos, rectificar a tiempo y que nuestras decisiones sean lo más acertadas posibles.
Hacer un plan es necesario. Implica fijar objetivos, con tiempos determinados, calidad y productividad en los mismos. Definir las metas inmediatas que permitan visualizar lo logrado y lo que falta por alcanzar. Diseñar las estrategias a desarrollar con el fin de tener el menor costo y el mayor rendimiento posible. Esto en las empresas es una norma y permite enfrentar los avatares del entorno, disminuir los riesgos e incrementar las probabilidades de éxito.
En el plano personal y profesional es recomendable hacer lo mismo. Con atrevimiento en el plano metafísico, hoy día existe La práctica de las palabras, la cual consiste en escoger tres (3), cuyos contenidos giren alrededor de cada uno de los objetivos trazados. Las palabras en sí son un poder y tienen un significado. Su buen o mal uso origina consecuencias en concordancia con su contenido e intención. Las palabras reflejan lo que piensas y más aun lo que eres. Por ello cuando oímos a líderes usando un lenguaje vulgar u ofensivo se están dando a conocer tal como son.
Trasladado esta práctica al plano político la oposición debería asumirla como un mantra. Por ejemplo, el periodista Manuel Malaver ayer 02/01en su cuenta de twitter hizo suyas las siguientes: Perseverar, Luchar y Triunfar. Las tres son válidas y pertinentes. Es necesario perseverar, resistir y mantener las diversas formas de enfrentar al régimen. Luchar es esforzarse a diario en la recuperación del orden democrático, lograr un país en desarrollo y en lograr la reconciliación nacional. Triunfar es la palabra que encarna todo un objetivo primario. Es deshacer este modelo político, económico y social que ha convertido a Venezuela en una tragedia. Triunfar es el fin de esta etapa y el comienzo de una nueva con otros retos y desafíos.
Otra palabra que tiene una connotación imperativa es Unidad, sin ella estaremos perdidos. La Unidad implica despojarnos de todas aquellas ambiciones personales, léase; candidaturas presidenciales, cuotas de sobrevivencia, y migajas de negocios. La Unidad implica desprendimiento y estar muy por encima de las circunstancias, es tener un objetivo de trascendencia ante la realidad que tiende a minimizarnos.
En lo personal la Resiliencia es clave, nos permite asimilar y reconstruirnos todos los días ante un entorno adverso. La Resiliencia nos fortalece y constituye un aprendizaje continuo. La Unidad la asumo, además de lo dicho anteriormente, como una necesidad de crear aliados, redes de asociaciones y coincidencias en lograr un Gran Acuerdo Nacional con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Fe es la palabra de la Confianza, de la Certeza y Convicción que se lucha por algo que consideramos justo. Nos provee de fuerza y la energía necesaria para lograr el triunfo. Lo primero que hacen los comunistas y dictadores es quebrantar tu Fe, es doblegarte. Por ello, aunque suene muy religioso, es necesario fortalecer la esperanza, de hacer lo correcto con la seguridad de triunfar.
Por último, es importante ser eficiente, en todo lo que hagamos a nivel personal, profesional, en nuestros empleos, en la política y en la lucha social. La eficiencia es una clave diferenciadora para culminar con logros este año 2017.
*El autor es economista, Doctor en Investigación y Desarrollo. Profesor de la UCV, Coordinador Postgrado de Ciencias Administrativas y Director CEP/UCV