De todos los refugiados en el mundo, estos son algunos de los más desafortunados – atrapados durante años en miserables centros de detención insulares en el Pacífico, no deseados por ninguna nación.
Australia no los quiere. El presidente Trump esta semana dejó claro que un acuerdo de los Estados Unidos para aceptar 1.250 de ellos para el reasentamiento era un «trato tonto» de la que preferiría salir refiriéndose al trato que hiciera el entonces presidente Obama, el pasado mes de Noviembre.
Los refugiados son el daño colateral de la, ampliamente criticada, política «Stop the Boats» (“Paren los Barcos”) de Australia, la medida migratoria, que impide a los solicitantes pedir asilo a aquellos qu intentan llegar a las costas australianas por mar, aun cuando sea auténticos refugiados, mujeres y niños o tengan de instrucción académica o destreza.
«No way you will not make Australia home» (De ninguna manera llamarán a Australia su hogar»)
«Si vienes a Australia ilegalmente en barco, no hay forma alguna de que vuelvas Australia a casa», advirtió un jefe del Ejército australiano en un video de 2014 transmitido en línea y en televisión en países como Irán, Afganistán, Pakistán y Sri Lanka.
Los refugiados en cuestión, principalmente hombres, provienen de países como Irán, Afganistán, Pakistán, Irak y Somalia, entre ellos algunos de los siete países mayoritariamente musulmanes sujetos al reciente veto de Trump a los ciudadanos de esos países.
Pero también incluyen a algunas mujeres y niños. Muchos arriesgaron sus vidas, viajando en barcos decrépitos para llegar a la Isla de Navidad, un territorio australiano cerca de Indonesia. Fueron trasladados a los campos de detención de Manus Island y Nauru en Papua Nueva Guinea, bajo la política de Australia
Muchos arriesgaron sus vidas, viajando en barcos decrépitos para llegar a la Isla de Navidad, un territorio australiano cerca de Indonesia. Fueron trasladados a los campos de detención de Manus Island y Nauru en Papua Nueva Guinea, bajo la política australiana de procesar a los solicitantes de asilo costas afuera.
Algunos han estado atrapados en las islas durante años.
Los casos de depresión y auto-daño son altos, según informes que se han filtrado de los centros. Dos personas se incendiaron el año pasado, una de las cuales murió. Australia fue duramente criticada por el retraso de 26 horas en la transferencia del hombre, 23 años de edad, iraní Omid Masoumali, a un hospital en Brisbane.
Muchos han informado de que el mayor problema es la sensación de parálisis de verse atrapados en el limbo indefinidamente, según Tracey Donehue, ex profesora de uno de los centros de detención, entrevistadas por The Times el año pasado. Algunos de sus estudiantes se habían cosido los labios, dijo. Una niña había tragado lejía.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch publicaron un informe el año pasado en el que encontraron que Australia infligió sufrimiento a los refugiados y solicitantes de asilo «en lo que parece ser una política deliberada para impedir que los solicitantes de asilo lleguen al país en barco».
Anna Neistat, investigadora de Amnistía Internacional, quien visitó Nauru el año pasado, dijo que la aparente crueldad de sus condiciones de vida la conmocionaron.
En mayo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo que la detención prolongada en las islas era «inmensamente dañina» y pidió que los refugiados y solicitantes de asilo fueran trasladados y tratados humanamente.
El año pasado, los refugiados y solicitantes de asilo tuvieron permiso para salir de los centros de detención, pero no pueden salir de las islas.
Los líderes políticos australianos han rechazado las críticas, insistiendo en que su política salva vidas al disuadir a la gente de tratar de llegar a Australia en barcos decrépitos. Afirman que la política es un éxito, porque logró detener los barcos.
En 2014, Australia llegó a un acuerdo con Camboya para reasentar a los refugiados allí. Pero en octubre de ese año, varios solicitantes de asilo de Nauru cosieron sus labios para protestar contra el plan. Sólo seis refugiados aceptaron la propuesta y fueron trasladados a Camboya en 2015 y 2016.
En cuestión de meses, un hombre de origen rohingya pidió ser enviado de regreso a Myanmar, a pesar de persistir la persecución de la gente Rohingya allí. Tres iraníes, profundamente descontentos con la vida en Camboya, también eligieron volver a lo que ellos llamaron persecución en su patria.
En noviembre, poco después de la elección de Trump, el gobierno australiano anunció que había llegado a un acuerdo con el gobierno de Obama para aceptar a 1.250 de los refugiados en Nauru y Manus Island. Se daría prioridad a las mujeres y los niños, pero se divulgaron pocos detalles.
Mientras tanto, las encuestas de opinión del año pasado parecían mostrar un cambio en el sentimiento público australiano: En una encuesta, el 64% dijo que quería que los refugiados en Manus Island y Nauru fueran permitidos en Australia.
Sin embargo la política migratoria de Australia permanece sin cambios.
Traducción libre factormm
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