La Organización de Estados Americanos (OEA) inició el martes el debate sobre el colapso de la democracia en Venezuela, pese a las insistentes objeciones del régimen de Caracas, en una tensa sesión que culminó con el embajador venezolano acusando a México, Canadá y Estados Unidos de orquestar una conspiración para derrocar al régimen de Nicolás Maduro.
La sesión produjo el anuncio de que una amplia mayoría de la organización, conformada por 20 países, acordaron utilizar los mercanismos de la OEA para establecer una hoja de ruta que permita “en el menor plazo posible” restaurar el funcionamiento de la democracia en Venezuela.
Este texto es el cimiento para una resolución que se preparará en “los próximos días” y fijará “el mecanismo” con el que la OEA dará seguimiento a la situación en Venezuela, según explicó a los periodistas el embajador mexicano en la OEA, Luis Alfonso de Alba, al término de la reunión
La acalorada sesión extraordinaria –que estuvo a punto de culminar abruptamente luego de que distintos embajadores amenazaran con retirarse si el representante venezolano no moderaba sus ataques– vio la propuesta de varios países de la región de iniciar reuniones para hacer seguimiento de la crisis y buscar la manera de ayudar al país petrolero a recuperar la democracia
Estas propuestas, no obstante, fueron arduamente rechazadas por Bolivia, Nicaragua y Venezuela, países que acusaron a la Organización de violar sus propias reglas de no injerencia al tratar de intervenir en un Estado Miembro.
El viceministro venezolano para América del Norte, Samuel Moncada, describió la celebración de la reunión como un “acto hostil” por considerar que un debate sin la autorización del país miembro equivale a una violación de su soberanía.
“Esto es gravísimo, señor Presidente [del Consejo Permanente], puesto que viola la letra y el espíritu de la carta de esta organización”, manifestó Moncada.
Al término de la sesión la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, rechazó enérgicamente la reunión.
“No aceptamos ningún tipo de intervención, lo que ocurrió el día de hoy. Venezuela no reconoce esa sesión […] Lo que pretenden es un plan de intervención que supera el derrocamiento del gobierno legítimo instaurado en Venezuela, porque pretenden [reemplazar el modelo de democracia]”, manifestó en una rueda de prensa desde la sede de la OEA.
“De proseguir esta agresión contra Venezuela, Venezuela tomará medidas severas y definitorias”, agregó.
Venezuela, Nicaragua y Bolivia habían tratado de bloquear la reunión, manifestando que esta era ilegal, situación que forzó a un voto para decidir si se aprobaba la agenda del encuentro. La celebración de la reunión extraordinaria recibió 20 votos a favor y 11 en contra, salvando cómodamente la cantidad mínima de 18 votos para proseguir.
Una vez iniciada la reunión, con 40 minutos de retraso, el embajador mexicano dijo no tener duda alguna sobre la legitimidad de las acciones que adopte la OEA sobre Venezuela y criticó que se invoque el principio de la no intervención “para esconder alteraciones al orden democrático ni para eludir responsabilidad sobre derechos humanos o el estado de derecho”.
De Alba posteriormente propuso que la OEA se reúna mensualmente para hacerle seguimiento detallado a la situación venezolana.
“México está convencido de que los estados miembros de esta organización debemos asumir una responsabilidad mayor en la búsqueda de soluciones. Contamos con voluntad política y con los instrumentos legales necesarios para que, en el marco de respeto a la soberanía de Venezuela, podamos coadyuvar en una nueva etapa de diálogo y negociaciones entre el gobierno de Venezuela y todos los actores políticos de los distintos sectores de ese país que están interesados en producir resultados concretos en un plazo determinado”, manifestó.
La embajadora de Canadá, Jennifer May Loten, denunció una “ausencia de valores democráticos” en el país petrolero, y apremió al resto de países del organismo a trabajar para contribuir “a restaurar la democracia en Venezuela”.
La embajadora leyó un pronunciamiento que dijo contar con el respaldo de 20 delegaciones, expresando preocupación por la difícil situación política, económica, social y humanitaria en Venezuela.
“Estamos de acuerdo en la necesidad de encontrar propuestas concretas y de definir un curso de acción que contribuya a la identificación de soluciones diplomáticas en el menor tiempo posible dentro del marco institucional de nuestra organización”, leyó la embajadora canadiense.
El pronunciamiento contempla la consulta y participación “de todas las partes en Venezuela”, para apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de Derecho dentro del marco constitucional venezolano, dijo.
“Coincidimos en la necesidad de que encontremos propuestas concretas para definir un curso de acción que coadyuve a identificar soluciones diplomáticas, en el menor plazo posible, en el marco institucional de nuestra organización y a través de consultas incluyentes con todos los Estados miembros”, agrega el texto.
Entre los firmantes del texto están Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Jamaica, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, Barbados y Guyana, según reportó la agencia EFE.
El documento solo tiene tres puntos y no incluye las demandas de fijar un calendario electoral, liberar “presos políticos” ni respetar las decisiones de la Asamblea Nacional de Venezuela, que sí recoge la declaración conjunta de 14 países publicada el pasado jueves.
Esos 14 países son Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.