Reapareció en un video y recibió a Zapatero; polémica por el envío al exterior de su familia.
Leopoldo López, el preso político más emblemático del chavismo, sorprendió a Venezuela en la madrugada previa a la huelga general. Y lo hizo por triplicado. Primero, y sobre todo, al reaparecer ante la opinión publica con un llamado a seguir en la lucha desde el arresto domiciliario que sigue en su vivienda caraqueña. Segundo, por capitanear los diálogos con el gobierno a través de su «liberador», el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. Y tercero, por el viaje inesperado de su familia a Miami.
«Esta amenaza [por la Constituyente] busca dos cosas. Lo primero, el aniquilamiento de la república y el estado democrático, y lo segundo, la sumisión absoluta del pueblo venezolano. No lo va a lograr, por la determinación, fuerza y convicción que tienen cada uno de ustedes», destacó López, ataviado con sus habituales símbolos: una camisa blanca y una cruz de San Francisco de Asís sobre su pecho. A sus espaldas, un cuadro de El Ávila, la monumental montaña que circunda Caracas. Y a su alrededor, muchos libros, como casi siempre.
El líder opositor, que lleva 18 días en su casa tras permanecer tres años y medio en la prisión militar de Ramo Verde, exige a Maduro que respete el mandato de más de 7 millones de venezolanos, recogido en la consulta popular: «No tenga duda de que ese mandato, junto al pueblo, lo haremos cumplir. El pueblo seguirá en las calles hasta lograr la libertad».
La convocatoria de la huelga general se mantuvo, pese a los contactos negociadores que no convencieron ni a López ni al resto de la oposición. La oferta del gobierno no iba más allá de retrasar 45 días los comicios amañados del domingo, para que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) presentara sus propios candidatos, según filtraron presentes en las reuniones.
«El rumor sobre suspensión [que se multiplicó durante todo el día] de la Asamblea Nacional Constituyente sólo busca que bajemos la guardia: mañana [por hoy] que siga el paro y la huelga, y el viernes la toma de Caracas», respondió ayer Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento y mano derecha de López.
En cambio, López no hizo ninguna mención a los diálogos en su mensaje al país, sabedor de que una parte de sus seguidores no ve con buenos ojos nada que signifique acercarse al chavismo. Al prisionero político sí se le permitió, en cambio, la publicación del documento audiovisual, al contrario que al resto de los dirigentes, que como Antonio Ledezma se mantenía en un silencio obligado por sus carceleros.
Ambas situaciones confirman el regreso de López a la primera línea de la política nacional, no exenta de polémica tras conocerse el viaje de su mujer, Lilian Tintori, y de sus hijos a Miami, en vísperas de la huelga. Las imágenes aterrizando en la capital de Florida fueron usadas por el oficialismo para socavar el ánimo de los opositores.
«Nuestra lucha es en tres ejes, lo institucional, la calle y lo internacional. Hemos recorrido el mundo para desenmascarar al régimen de Maduro», escribió Tintori desde Miami. La mujer del prisionero político fue clave desde 2014 para dar a conocer al mundo la lucha de su marido y de la oposición.
Vía Diario La Nación.