La única razón por la que no abren todos los telediarios y es portada en todos los periódicos que la Administración Obama espiaba al equipo de campaña de Trump es porque los medios ‘de prestigio’ hace tiempo que dejaron de hacer periodismo y son hoy ya solo voceros del ‘establishment’ globalista.
Dejémoslo perfectamente claro: la única razón por la que no abren todos los telediarios y es portada en todos los periódicos que la Administración Obama espiaba al equipo de campaña de Trump incluso antes de que fuera candidato oficial del Partido Republicano, que su directora de Seguridad Nacional, Susan Rice, había dado órdenes de ‘desenmascarar’ a los colaboradores del magnata inmobiliario sometidos a escuchas y que la ‘trama rusa’ es una mera tapadera que justificara estas excusas, es porque los medios ‘de prestigio’ hace tiempo que dejaron de hacer periodismo y son hoy ya solo voceros del ‘establishment’ globalista.
Algunos lo comparan con el ‘Caso Watergate’, que supuso la caída del presidente Nixon, pero esto es mucho más grave. Al fin, Nixon tuvo el residuo de vergüenza de contratar a una empresa privada para espiar a los demócratas, mientras que la Administración Obama se sirvió de los servicios de inteligencia del Estado.La asesora de Seguridad Nacional de Obama, se ha sabido, trató en docenas de ocasiones de descubrir la identidad de los miembros del equipo de transición de Trump cuyas conversaciones con representantes extranjeros fueron ‘incidentalmente’ grabadas por la inteligencia rusa. Los nombres que Rice ordenó que se “desenmascararan” fueron hallados en documentos de inteligencia con sumarios de conversaciones controladas entre colaboradores de Trump y altos funcionarios extranjeros en los que se debatían detalles de la estrategia del entonces presidente electo, según Bloomberg. En casos así, los nombres de los espiados ‘por casualidad’, en el curso de una supervisión de conversaciones de funcionarios extranjeros -esa era la excusa oficial- se editan para que no se filtre su identidad.
Susan Rice ordenó que se ‘desenmascararan’; más: redujo el nivel de clasificación de la información para que se compartiera ampliamente por toda la Administración, facilitando su filtración. Dos detalles más: nada de lo que los colaboradores dijeron en estas conversaciones es comprometedor, o se sabría al mismo tiempo que las filtraciones sobre Michael Flynn. En segundo lugar, el marido de Susan Rice, Ian Cameron, es productor ejecutivo de ABC News.
Naturalmente, Susa Rice lo niega todo. Todo lo que puede negar, es decir, que dieran la orden de ‘desenmascarar’ a los escuchados y redujera la clasificación de los documentos para permitir o hacer creíble su filtración. Y, aunque muy inusual, permitir el ‘desenmascaramiento’ no es ilegal.
Pero los indicios de que la Administración Obama empleó los servicios de inteligencia del Estado para espiar al candidato del partido rival e inventó una inexistente injerencia rusa ilícita en las elecciones para justificar las escuchas ya son demasiado abrumadores como para que los medios convencionales sigan ignorándolo. Pero, como pueden ver, lo hacen.
NOTA BENE: Mea culpa. Ayer, al informar de la exclusiva sobre Susan Rice, caí en el mismo pecado profesional que tanto critico. Cité como fuente a Bloomberg News, y aunque efectivamente el servicio de noticias fue el primer medio ‘serio’ en informar del caso, el mérito de la primicia corresponde a Mike Cernovic, un periodista alternativo que precisamente ha sido muy crítico con la manipulación de los medios. Para aumentar mi vergüenza, el propio presidente, desde su cuenta en Twitter, ha felicitado a Cernovic por su labor de investigación.
La Era Trump, vía Diario La Gaceta.