En plena escalada de la crisis política y social en Venezuela, el presidente Nicolás Maduro pidió ayer a los países de América latina no ceder ante la «presión brutal» de Estados Unidos para aislar a su gobierno, que lucha contra la oposición interna y un cuestionamiento en la Organización de los Estados Americanos (OEA) a su mandato.
Luis Almagro -secretario general de la OEA, una entidad que es vista por Caracas como un peón de la política de Washington- solicitó esta semana una reunión urgente para determinar si en Venezuela hay una alteración del orden constitucional que lesione la democracia.
«Hago un llamado a los gobiernos del continente (…) a no dejarse someter a ningún tipo de presiones, porque son brutales las presiones (…) para aislar a Venezuela», dijo ayer Maduro en la cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), que reúne a 25 gobiernos en La Habana.
Venezuela está inmersa en una profunda crisis marcada por una elevada inflación, una recesión económica y escasez de bienes de primera necesidad, mientras crecen las protestas opositoras que reclaman un referéndum para revocar el mandato del presidente.
Maduro dijo que la situación es un intento encubierto apoyado por Estados Unidos de desbancar a su gobierno socialista. «Venezuela no se va a entregar, no se va a arrodillar y vamos a luchar con la misma fuerza que hemos luchado contra golpes, contra todo tipo de intervencionismo durante 17 años», advirtió el mandatario.
«Se nos amenaza con una Carta Democrática, qué desproporción y desfachatez. ¿Carta Democrática con Venezuela? Por favor, si Venezuela pudiera ser la reina de la democracia de todo el continente», manifestó Maduro. Luego recalcó que Venezuela no acepta «ningún tipo de tutorías, monitoreo o intervencionismo» y advirtió que en América del Sur se pretende romper el equilibrio de convivencia y el respeto a la diversidad logrado en los últimos años.
Si bien la AEC -un foro de consulta y cooperación- se enfoca en tratar los problemas regionales, incluido el desarrollo del comercio entre sus socios, la crisis Venezuela acaparó la cumbre.
En el discurso de apertura de la cumbre, el presidente cubano, Raúl Castro, reiteró su «firme e incondicional» respaldo a Maduro y denunció lo que considera una «contraofensiva imperialista» contra una serie de gobiernos progresistas en América latina. Para Castro, que ostenta la presidencia temporal de la AEC, es «motivo de profunda preocupación el inaceptable intento del secretario general de la OEA de aplicar la llamada Carta Democrática Interamericana para intervenir en los asuntos internos de Venezuela»
Maduro agradeció la declaración que la cumbre de la AEC aprobó en solidaridad con su país, donde, dijo, se reafirma el respaldo a la iniciativa de diálogo con la oposición convocada por su gobierno con el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y ex presidentes como el español José Luis Rodríguez Zapatero, el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos.
De hecho, Zapatero llegó el jueves a Caracas para continuar su rol de mediador y ayer al mediodía visitó al dirigente opositor Leopoldo López, prisionero en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas, desde febrero de 2014.
El encuentro constituye todo un hito, ya que antes de Zapatero varias personalidades políticas, desde el ex presidente español Felipe González hasta el ex mandatario colombiano Andrés Pastrana intentaron infructuosamente ver a López, el prisionero político más renombrado del régimen chavista.
La Nación