El músico venezolano Paul Gillman habló con EL TIEMPO sobre la polémica que generó la cancelación de su concierto en Rock al Parque 2017.
En gran medida, esta decisión estuvo motivada por una campaña virtual que emprendió el gestor cultural y co-creador de Rock al Parque, Julio Correal, para impedir que el cantante venezolano pisara la tarima del festival, argumentando que “no es ético ni seguro traer a un activista y militante de Maduro, cuando Venezuela está pasando por un momento tan difícil”.
A continuación parte de la entrevista publicada por el Tiempo en Colombia:
Se habla mucho de su cercanía con el presidente Maduro…
Eso es mentira, no sé a quién se le ocurrió. Que yo sea seguidor de una causa política y que de vez en cuando me inviten a ciertos actos – aunque a la mayoría no voy porque tengo otras cosas que hacer -, no quiere decir que seamos amigos.
A lo mejor ustedes en Colombia no saben que nosotros tenemos un presidente que viene de una banda de rock pesado, que se llama Enigma. Cada vez que él me ve en un evento se pone a hablar de rock, de Arkángel y de Power Age.
¿Qué puedo hacer yo? Decirle: ‘¿presidente, cállese la boca?’. En la historia universal, jamás un presidente ha llegado a un país habiendo sido miembro de una banda de rock pesado. Eso es Nicolás Maduro, por eso tiene tanta sensibilidad con respecto al rock. Esa es mi única relación con él. De resto no hablamos, ni voy a su casa ni nada.
¿Qué opina usted de la difícil situación por la que atraviesa Venezuela actualmente?
No quisiera hablar de eso, pero hay cosas muy lamentables que están ocurriendo aquí y que nos afectan a todos. Los muertos que caen de un bando o de otro bando nos duelen a todos. Mi llamado es por la paz. Al igual que el Papa, llamo al diálogo como la única solución para que no ocurra esto.
Desde que Chávez llegó al poder, nosotros los chavistas hemos sido perseguidos e insultados por haber logrado algún éxito en la vida y pertenecer a una clase media. No nos han dejado en paz en 19 años. Vivimos encerrados en nuestras casas.
En este momento hay una clase de persecución igual a la que los judíos sufrieron con el fascismo nazi. Todo el tiempo nos amenazan de muerte. A veces no duermo porque no sé si voy a despertar al día siguiente.
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