Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/wp-content/plugins/social-media-feather/synved-social/synved-social.php on line 653
La gestión Madurista terminará con una economía asfixiada. La escasez de divisas producto de la caída de las exportaciones y prácticamente sin financiamiento externo obligan a cuidar el stock de reservas internacionales para evitar una crisis de balance de pagos y un ajuste desordenado. La contrapartida de cuidar la caja en dólares del BCV es que la actividad económica no logrará salir de estancamiento en un marco de inflación alta. Si bien la transición de Maduro evitó «incendio de Roma» deja una pesada herencia para la sucesión.
La inflación aparece al tope de la agenda. Pese a múltiples intervenciones en los mercados y con todo regulado, la inflación fue la gran protagonista del modelo económico (2014-2015). El continuo estímulo a la demanda agregada sin un marco institucional fuerte y previsible afectó notoriamente la inversión. La oferta no siguió la misma dinámica. La inflación no sólo es la peor en términos internacionales, sino existen distorsiones cambiarias y de precios que deberán atenderse.
Este contexto de inflación persistentemente elevada por encima del 1.000%, que es la realidad, le quitó competitividad al tipo de cambio del 6,30 que está tan atrasado como a febrero del 2013. Así, será muy difícil recuperar competitividad y dar un salto exportador.
El atraso cambiario se hizo notar en las cuentas externas. El madurismo dejará la gestión con un déficit en cuenta corriente en torno a los USD 50.000 Millones, el peor resultado desde 1999. Este pobre resultado se da a pesar del estancamiento de la actividad y el control sobre las importaciones. El fuerte deterioro de la cuenta corriente está directamente relacionado con la notable caída de las exportaciones, impactadas por los menores precios internacionales y el atraso cambiario. El déficit energético, moderado en estos tiempos la caída del petróleo y la menor actividad, es otro condicionante estructural. Sin margen para perder reservas, el financiamiento de la cuenta corriente se genera por medio del control de cambio, a través de de la reinversión de utilidades por parte de filiales de compañías extranjeras y restringiendo importaciones.
El gran desafío
El «nudo gordiniano» será mejorar las finanzas públicas. Pese a recaudación fiscal récord, la brecha entre el crecimiento de los ingresos y los gastos fue creciente. Esto lleva a terminar con un déficit primario del orden de una caída del 7% del PBI .
Así, Venezuela se acerca al final de un prolongado ciclo político. Un ciclo que deja marcas, que cambió estructuras y que en lo económico lega una herencia compleja para el gobierno que asuma próximamente. ¿Cuánto de cambio esperar ante ese escenario? ¿Resiste la economía venezolana un escenario de completa continuidad? ¿O serán los mercados los que finalmente den su veredicto, en algún momento de 2016? De buscar un cambio, ¿será de shock o se apelará al gradualismo? ¿Qué piensan los equipos económicos de los partidos?
El 6 de diciembre estas preguntas comenzarán a develarse en forma parcial. El resultado de la gran encuesta nacional arrojará luz, a partir de entonces, gradualmente empezará a reducirse la incertidumbre.