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No es cualquier economista
Steve H. Hanke es profesor de Economía Aplicada y co director de Institute for Applied Economics, Global Health, and the Study of Business Enterprise en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. El profesor Hanke es también Académico Titular en Cato Institute en Washington D.C.; profesor distinguido en la Universidad Pelita Harapan en Jakarta, Indonesia: Asesor Titular en la Universidad Renmin del Instituto de Investigación Monetaria Internacional en Beijing, China; Consejero Especial para el Centro de Estabilidad Financiera en New York; miembro del Consejo de Asesoría Internacional del Banco Nacional de Kuwait (presidido por Sir John Mayor); miembro del Consejo de Asesoría Financiera de los Emiratos Árabes Unidos y editor contribuyente de la revista Globe, Asia.
Anteriormente, el profesor Hanke impartía economía en la Escuela de Minas de Colorado y en la Universidad de California, Berkeley. Se desempeñó como miembro del Consejo de Asesores Económicos del Gobernador de Maryland durante 1976 y 1977; fue economista titular en el Consejo de Asesores Económicos del presidente Reagan durante 1981 7 1982; y como Asesor Titular del Consejo Económico Conjunto del congreso estadounidense de 1984 a 1988. El profesor Hanke también se desempeñó como Consejero de Estado para la República de Lituania durante 1994-1996 y la República de Montenegro de 1999 a 2003. También fue asesor presidencial de Bulgaria entre 1997 y 2002, de Venezuela entre 1995 y 1996, y de Indonesia en 1998. Jugó un papel importante en el establecimiento de un nuevo régimen monetario en Argentina, Estonia, Bulgaria, Bosnia-Herzegovina, Ecuador, Lituania y Montenegro. El profesor Hanke también ha asesorado a los gobiernos de muchos otros países, incluyendo Albania, Kazajstán y Yugoslavia. En 1998, fue nombrado uno de las veinticinco personas más influyentes del mundo según la revista World Trade.
Inflación en Venezuela
El economista estadounidense, Steve H. Hanke, indicó que la inflación de Venezuela anual al 6 de agosto se ubica en 774,72%, al advertir además que la economía del país ya ingresó a una “espiral de muerte de hiperinflación”.
La economía está en una espiral de la muerte, pasa de una situación mala a una situación cada vez peor. Todo lo que han intentado hacer para corregir solamente ha empeorado la cosa”, advirtió Hanke, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore.
La hiperinflación es el caso extremo de la inflación. Puede ser definida como “un crecimiento extremadamente rápido y fuera de control de la inflación; junto con la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, a un ritmo muy alto y en forma violenta”. Esto sucede cuando los precios de los bienes y servicios aumentan de manera generalizada, al mismo tiempo que la moneda pierde su valor. Su causa principal es la emisión por parte del Banco Central de dinero inorgánico, sin respaldo sobre los bienes y servicios, para financiar un excesivo gasto público. La hiperinflación destroza los ahorros, destruye a la clase media y hace más pobres a los pobres.
Cuando hay hiperinflación se desbordan los precios y la gente modifica su comportamiento para protegerse: Las tiendas cambian los precios de sus productos todos los días; las personas empiezan a gastar rápidamente sus sueldos, comprando bienes duraderos aunque no los necesite; se calculan los precios de los bienes en moneda extranjera estable en vez de la moneda local, iniciándose una “dolarización espontanea”; se prefiere mantener los ahorros y hacer las transacciones en moneda extranjera; y finalmente, las autoridades pierden el control de su política monetaria, convirtiendo la moneda nacional en irrelevante y destruyendo los ahorros y los ingresos de sus ciudadanos.
En Venezuela, por varios años hemos soportado la inflación más alta del mundo. En el 2013 tuvimos una inflación de 56,2%, el pasado año 2014 cerramos en 68,5% y este año se pronostica una inflación conservadora de 300%. Su causa es el enorme déficit fiscal de un hipertrofiado régimen que no genera recursos; la crisis de la balanza de pagos como consecuencia del agotamiento de las reservas internacionales por la caída de la renta petrolera; y la falta de bienes y productos por el cierre y las expropiaciones de fábricas e industrias productoras de bienes y mercancías. Entre los años 1999 y 2014, la inflación acumulada oficialmente en Venezuela ha sido del 1.300%. Una gigantesca cifra que algunos explican como consecuencia de que el control de cambio estatizó el mercado de divisas, donde el bolívar se ha devaluado hasta en más de 550%; y debido a la crisis monetaria causada por el régimen.