Zapatero volvió a pasar otro fin de semana en Caracas y adivinen ¿dónde y reunido con quién?. Pues, en el Palacio de Miraflores y en largos contertulios con Maduro, dice este último que para avanzar en “un diálogo” que nunca se aclara si, es con la MUD o partidos de la MUD, con individualidades o instituciones, o de Zapatero con Maduro, pura y simplemente.
Por eso nadie les cree, pero para despejar dudas, Zapatero logró que Maduro liberara un preso político, un solo preso político, Gabriel San Miguel, de Voluntad Popular, de 130 presos políticos cuyos derechos humanos son violados en cárceles venezolanas y viven en las condiciones infrahumanas que las dictaduras reservan a quienes se atreven a ser libres y luchan por la democracia.
Gabriel San Miguel, mejor conocido como «Gabo», en efecto, fue detenido en junio por ejercer el derecho a manifestar y cómo no habían delitos que imputarle, se le acusó de “legitimación de capitales”, y por eso estuvo tres meses tras las rejas.
Pero la libertad que le han concedido Maduro y Zapatero no es para que regrese a la calle y a su casa con los suyos, sino para que se vaya a España a vivir en un exilio “forzado” que, también implica una pérdida flagrante de la libertad.
Y a eso llaman el diputado, Timoteo Zambrano, y el Secretario Ejecutivo de la MUD, Chúo Torrealba, gran aporte de Zapatero “al diálogo”, prueba de su gran preocupación por la suerte de los reprimidos injustamente por la dictadura de Maduro y le agradecen como si fuera la luz que, al fin, brilla al final del túnel.
Pero resulta que la luz está más oscura que nunca, porque cada día hay más presos políticos en las cárceles venezolanas, cada día arrecia el hambre y la falta de medicinas y el país es convertido en una tierra de nadie donde ya no son los colectivos ni los pranes los que campean, sino los Escuadrones de la Muerte.
Pero sobre todo, Maduro y su CNE, escamotean, postergan, barajan y bypasean los plazos para el Referendo Revocatorio que tiene que realizarse este año, porque si no, Maduro y Zapatero seguirían reuniéndose los fines de semana en Caracas y Miraflores y hasta el 2019.
Y nadie puede reclamarle a Zapatero que trabaje y se forre de unos buenos euros si hay unos dictadores bananeros en Venezuela que reclamaban sus servicios.
Lo que no puede ser es que opositores que presuntamente luchan por la causa de la libertad y la democracia en Venezuela, salgan a felicitarlo y felicitarse con la frase de: “Gracias Zapatero”.
Por eso les preguntamos: “¿Gracias Zapatero?”
Katiuska Manrique