Manuel Malaver.
Tanto Freddy Guevara y José Manuel Olivares el domingo, como Henrique Capriles y María Corina Machado ayer, se refirieron a junio como el “mes decisivo” en la confrontación de calle entre gobierno y oposición que arrancó el 19 de abril pasado y que ya cuenta con un saldo de 50 asesinados, 300 heridos y más de 600 detenidos.
Ahora bien, en las declaraciones de tan importantes líderes opositores (vertidas, por cierto, en ruedas prensa, programas de televisión y tuiter), no quedó claro si “decisivo” era porque se le pondría fin al madurato de una vez y para siempre, o simplemente, porque se avanzaba de una manera tan gigantesca que, aunque no se le aplicara una derrota contundente en junio, sí se le dejaba al borde de ella para el mes entrante.
Tampoco ha sido posible elucidar, si las opiniones de los dirigentes de “Voluntad Popular”, “Vente Venezuela” y “Primero Justicia”, apuntaban a una derrota y expulsión del dictadorzuelo de Miraflores, o, si más bien, tenían en mente una negociación con sectores del gobierno, el PSUV y la FAN que despacharían “al hombre que habla con los pájaros y las vacas” para su casa o Cuba, pero nombrándole un sucesor convenido por las partes, que entregaría el gobierno al ganador en unas elecciones a celebrarse en diciembre del 2018, al final del período presidencial.
Pero si las opiniones de Guevara, Olivares, Machado y Capriles resultaron imprecisas en cuanto a la definición de junio como “el mes decisivo”, no lo hizo así Maduro, quien, sí habló ayer fuerte, fortísimo, en lo que se refiera a lo que piensa de junio, desatando la represión más bárbara e implacable que ha lanzado hasta ahora, gaseando manifestantes, disparándoles metras, balas y balines, golpeándolos, agrediéndolos y yéndolos a buscar donde quiera que se metieran.
“Es la peor ola represiva que he visto ahora” opinó Capriles en su programa de radio “Pregunta Capriles” y, Machado y Guevara, también, lo corroboraron y no sin asombro.
En otras palabras que, para Maduro y la narcocúpula que lo secunda, junio si es el mes en que debe jugarse el todo por el todo, buscar el KO fulminante, derrotar o sentar a negociar a la oposición, pues si no, otro mes y con una oposición creciendo y enfrentándolo en la calle, le sería difícil, sino imposible, evitar que desde el PSUV y la propia FAN se genere un movimiento que lo sacrifique para tratar de salvarse ellos mismos.
Quiere decir que, la jornada del lunes, y tal vez la que se desarrolle hoy martes, tendrían que contribuir a que la oposición si esclarezca –si no lo ha hecho ya-que junio si es “el mes decisivo” y, por tanto, debe empeñar todas sus fuerzas, -nacionales e internacionales, civiles y militares, de calle o escritorio-para lograr que la fiera herida del madurismo, no solo no se les escape, sino que no se recupere para volver a embestir.
Debe, entonces, la oposición, mantener y reforzar la agenda de calle, hacerla cada día más numerosa, copiosa, abrumadora y dotada de más y mejores recursos humanos, y equipos defensivos y ofensivos, y tácticas, como la de ayer, cuando los manifestantes burlaron los cordones policiales y militares y se presentaron en la Avenida Urdaneta, a cuatro cuadras de Miraflores.
Que son operaciones que, nacionalmente, deben extenderse a gobernaciones y alcaldías, y a todos los centros del poder que el gobierno tiene para agredir, persuadir y amedrentar.
Pero, igualmente, el frente internacional cobra hoy más importancia que nunca, y en estos momentos, mañana mismo, debe aplicársele a Maduro una derrota catastrófica en la reunión de cancilleres que tendrá lugar en la OEA, y cuya decisión debe ser quitarle toda legitimidad a la llamada “Constituyente”.
El tema de la Unidad, también, debe observarse y cuidarse, pues, Maduro y los cubanos, continúan tratando de sacarle ventajas, ya sea rompiéndola, o corriendo rumores y sospechas, para que los partidos de la MUD choquen, entren en conflicto y no compartan o se nieguen a cumplir las tareas asignadas de conjunto.
En este orden, cobra mucha importancia la visita casi clandestina que hizo Zapatero a mediados de la semana pasada a Caracas, y de la cual se ha dicho, tanto que visitó a Leopoldo López a Ramo Verde para ofrecerle “casa por cárcel” a cambio de que se distanciara de la lucha de calle de los radicales Borges, Capriles y Machado, hasta que se reunió con Henry Falcón y Manuel Rosales para ofrecerles “el oro y el moro” si aceptaban participar en la Constituyente y rompían con la MUD.
En realidad, todo un bloque de intrigas que, si necesitaban algún desmentido, se lo dio Maduro ayer con la brutal represión en las calles de Caracas y del interior, pero que, deben merecer atención de parte de todo los partidos y líderes comprometidos con la confrontación, pues un gobierno con el agua al cuello, como el de Maduro no solo es capaz de agredir con las armas, sino con sus trampas.
Por ahora, no cabe sino esperar que nuestros líderes sigan entendiendo y mejorando su compromiso con el pueblo y con Venezuela: no hay marcha atrás y hacer un “junio decisivo” es derrotar o poner al dictador al borde de la derrota.