CACEROFOBIA: «Fobia y miedo que se origina al escuchar la percusión de ollas, potes, sartenes y cacerolas; cuyo síntoma más visible son los espasmos violentos de extremidades superiores ante la incapacidad de escuchar percusiones de metales (Cacerola) por largo tiempo».
El día jueves, la canciller Delcy Rodríguez; convocó una rueda de prensa ante la comunidad diplomática internacional, en un intento de justificar las acciones tomadas por el gobierno durante las últimas semanas. El presidente Maduro por su parte, hizo gala de su talento como «mentador de madre» pero más notorio que esto, fue la sorprendente reactividad y efusividad del mandatario al encontrarse cerca de un elevado volumen de sonidos de metales, que sacaron sus destrezas de boxeador «aficionado».
El presidente, aún en conocimiento de sus índices de «popularidad», intentó comprobar su liderazgo político en suelo margariteño durante un recorrido «nocturno». En un presunto acto de afecto, el mandatario se bajó de su vehículo para saludar a la comunidad, encontrándose con una especie de orquesta municipal que lo recibió fastuosamente con un concierto, o mejor dicho «parranda» de percusión de cacerolas.
Ante esto, el presidente sorprendió a propios y extraños con inusual reactividad y una ágil demostración pugilística. Esta vez no observamos las habilidades artísticas a las que nos hemos acostumbrado, no hubo un «rap lirical de Maduro», tampoco el famoso «tumbaito salsero», ni mucho menos el recordado «Zombiedance» o «baile de Nicolas».
En esta oportunidad, los materiales audiovisuales sacaron a la luz, una limitación que pareciera padecer el primer mandatario en escenarios, donde, el pueblo demuestra pacificamente su deseo de paz, democracia y cambio: La «Cacerofobia»
Un pueblo con hambre no es fácil de silenciar. No se puede pretender recibir un «feedback» o demostración de cariño y receptividad en las calles, si hay un pueblo cuyas cacerolas vacias recuerdan el hambre y el sufrimiento al que ha sido sometido. En Venezuela el pueblo clama un cambio urgente.
No es un delito activar el derecho constitucional a revocar el mandato de un funcionario. El 1 de Septiembre la organización ciudadana demostró fuerza y disciplina, luego el día viernes se ganó el respeto; confirmó que no siente miedo a nada ni a nadie por protestar pacíficamente.
Las subestimadas cacerolas exhibieron su poderío, retumbando en los oidos de quienes han ignorado las voces y canales democráticos de un país angustiado, de quienes han usan la violencia como argumento y apuestan más por la percusión de armas antes que por la percusión de ollas.
Esta semana hubo mucho más en juego que una simple marcha. Los escenarios de choque significaban perder más que vidas inocentes, significaban perder los escasos espacios y tribunas que los venezolanos hemos recuperado en ardua labor y lucha democratica. La MUD y la Asamblea Nacional han sido señaladas y probablemente serian responsabilizadas de cualquier hecho violento y ese argumento sentaría las bases para justificar cualquier acción en contra de ellas.
Esta vez la MUD no se quemó, puso primero al pueblo, y jugó como se le debe jugar a un gobierno que ignora a un país, jugo «pelota caribe» y en una inesperada jugada le pasó la «papa caliente» a Maduro. Pero, ¿Como ocultar una papa de semejante tamaño?
Las numerosas detenciones y re-encarcelamientos, han sido acciones desacertadas y están jugando en contra de los propios intereses del gobierno, están restándole credibilidad internacional y capacidad de negociación. Estos presos tienen un altísimo costo político para los resultados que están generando. Hacen falta mucho más, que arrestos políticos para callar a una nación unida por la angustia y la desesperación y más, a una ciudadanía que desde hace tiempo, vive presa. Encarcelando políticos no se alimenta ni se silencia a un país.
Por lo tanto, desde un análisis objetivo, esta semana ocurrió una victoria democrática innegable, que si bien fue orientada por una jugada maestra de la MUD, fue protagonizada por una ciudadanía organizada que demostró constancia, gallardía , disciplina y sobriedad. Que no cayó en provocaciones y que descubrió que «caceroleando» se encuentra el Talón de Aquiles del presidente; dejándole una papa caliente en manos y la CACEROFOBIA a flor de piel.
¡Venezuela hoy es mucho más!
Eduardo Antonio Rodríguez Armando vía factormm.com