Manuel Malaver
La MUD no debería tomar más atajos y convencerse que, las jornadas para recolectar el 20 por ciento de la firmas durante los días 26,27 y 28 de octubre, deben hacer parte de un llamado más general a la rebelión civil cuyo objetivo central sea derrocar la dictadura de Nicolás Maduro.
Y es que, mientras más claro resulta que la voluntad del pueblo es revocarle el mandato al dictador, más obstáculos, tropiezos y dilaciones encuentran la MUD y los electores en el camino del Revocatorio, como si no se tratara de un mandato constitucional sino de un capricho de Henrique Capriles y Julio Borges.
Ayer, por ejemplo, el organismo que representa a los principales partidos opositores denunciaba que, el TSJ, podía estar a punto de publicar una decisión declarando inconstitucional el RR, y desde la Asamblea Nacional, Henry Ramos, su presidente, alertaba que una seudojurisprudencia del mismo tenor podía estar en camino para quitarle facultades al ente rector del Poder Legislativo.
Quiere decir que, el golpe de Estado “por etapas” que instrumentó Maduro al otro día de conocer que el régimen había sido arrasado en las parlamentarias del 6D, sigue su curso, incrementándose cada día en dosis más letales y no dejándole a la oposición otra vía que rebelarse o morir de impotencia.
Y es inadmisible que, las mayorías del país, aquellas que irrumpieron en diciembre pasado para que la oposición tomara la mayoría absoluta de la AN, y desalojara al chavismo-madurismo del parlamento, se deje asfixiar por una minoría que, podrá tener los cañones, pero no el respaldo del pueblo para que ponga fin al desgobierno de Maduro y arregle cuentas con los que han delinquido.
Es un mensaje que se debió interpretar y ejecutar desde el mismo día que los electores lo hicieron a través del voto, pero que, si ha sufrido dilaciones, debe ser retomado y puesto en movimiento.
Y reactualizado en términos de la negativa del régimen de realizar el Revocatorio que, no es solo el intento de mantener en Miraflores a un régimen ilegítimo, si no de convertir la constitución en poco menos que un papel sin valor.
Y en ese contexto, es la MUD la que debe reaccionar y dar la orden, que no es otra que encabezar la rebelión civil.