León Hernández
El pueblo venezolano, hoy amenazado a sanciones por ir a huelga o manifestar, con restricciones a la libertad de expresión y en una severa escasez de alimentos y medicinas, sigue catalizando su descontento en la calle a riesgo de perder la integridad física, pero no la moral. El momento adquiere una tensión sin precedentes, con el anuncio dado por la oposición: el 3 de noviembre, este jueves, la ruta es hacia el presidencial Palacio de Miraflores, en un sector del centro de Caracas en el cual ha estado prohibido protestar contra el Gobierno, desde la imposición de las “zonas de seguridad” decretadas por Chávez en 2002.
Antecedentes
Se puede evocar episodios como el ocurrido el 19 de abril de 1810, cuando, inspirado por ideas venidas a tierras americanas tras la Revolución Francesa, una concentración de personas exigió a gritos, en las calles de Caracas, la renuncia del Capitán General de la entonces colonia española, Vicente Emparan, quien aceptó irse, dando paso a la firma de un Acta de Independencia, con la cual arrancó el proceso en el que surgió la República de Venezuela. La gente del siglo XIX se reveló así al principio del deber y respeto al poder divino impuesto en la Tierra, hasta ese entonces encarnado por la corona española.
El 3 de noviembre se dirigirán al presidencial Palacio de Miraflores, en un sector del centro de Caracas en el cual ha estado prohibido protestar contra el Gobierno, desde la imposición de las “zonas de seguridad” decretadas por Chávez
El mismo fenómeno lo vio el país en 1928, durante la dictadura militar de Juan Vicente Gómez. El tirano se vio obligado a liberar a unos estudiantes detenidos por vociferar consignas contra su égida, forzado por una sorpresiva huelga general. Varios de los jóvenes, conmovidos por la subversión espontánea del pueblo, en aquel momento sumido en el atraso rural, siguieron su carrera política y uno de ellos logró hacerse presidente: Rómulo Betancourt.
El país conoció entonces que en democracia era posible manifestar, pero también vivió trances de represión y decadencia de liderazgo. El 27 y 28 de febrero de 1989, la calle se tiñó de sangre con presencia de funcionarios castrenses que hicieron frente a saqueos a comercios, luego de que un aumento de la gasolina detonara el descontento económico-social. El llamado “Caracazo” dejó saldo oficial de 300 muertos y se convirtió en bandera de quien intentaría hacerse con el poder en 1994, con dos intentos fallidos de golpe de Estado: el teniente coronel Hugo Chávez.
En Venezuela, independientemente del ‘blackout’ informativo y de las restricciones a nuestros Derechos Humanos, tenemos el gen de la libertad bien posicionado y eso es un factor que no se puede ocultar
Jesús Ollarves, experto venezolano en Derechos Humanos
“Durante el período comprendido entre 1997 y septiembre de 1998, que no tiene absolutamente nada que ver con los casos que estamos viviendo, se registraron 385 manifestaciones pacíficas de las cuales 49 fueron reprimidas o impedidas. El balance, 385 manifestaciones en un año, en donde no existía el grado de conflictividad que existe hoy en día”, señala el Dr. Jesús Ollarves, experto venezolano en Derechos Humanos.
Lo de hoy: represión y conflictividad
Hasta la llegada de Chávez al poder, en 1999, un pueblo que clamaba por inclusión fue llevado progresivamente a altos niveles de represión, disparados por Maduro. En el cronológico devenir de mayores restricciones del derecho a manifestar destaca la resolución 8610 publicada por el Ministerio de la Defensa de Venezuela el 27 de enero de 2015, que establece que ante una situación de “riesgo mortal” el funcionario podrá hacer uso de armas letales durante manifestaciones.
485.71 porcentaje de aumento de protestas reprimidas de Maduro en e 2014 con respecto a Chávez, según la ONG PROVEA
Como ejemplo de las detenciones arbitrarias, el Dr. Ollarves refiere el ocurrido el 9 de mayo de 2014 en Caracas, cuando 243 jóvenes, que habían puesto campamentos en diversas localidades de la capital venezolana, fueron aprehendidos como en una suerte de “pesca de arrastre”, sin cargos judiciales ni la presencia de representantes del Ministerio Público. Muchas de estas personas, señala el experto, continúan detenidas.
A pesar de la represión, el venezolano siguió en las calles durante 2015 y lo ha hecho durante el corriente. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró en septiembre de 2016 al menos 543 protestas, equivalentes a 18 manifestaciones diarias en todo el país, 11 por ciento superior al mismo período del año pasado. De acuerdo con el organismo, los principales motivos para las acciones de calle fueron el rechazo a la escasez y al desabastecimiento de alimentos (118), la exigencia de vivienda digna -servicios básicos- (110), derechos políticos (106) y demandas por seguridad ciudadana y derechos de las personas privadas de libertad (101), entre otros.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró en septiembre de 2016 al menos 543 protestas, equivalentes a 18 manifestaciones diarias en todo el país
El coordinador de Investigaciones de PROVEA, Inti Rodríguez, resalta que el Gobierno de Nicolás Maduro podría ser considerado como el más represor de la historia democrática venezolana, esto es, desde 1958 a la fecha. Considera que el venezolano se mantiene en la calle, porque a pesar de haber sido cercenado su derecho a la protesta sí conoció la democracia en el pasado y por ello entiende de libertades. Para el Dr. Ollarves, en cambio, se trata de una característica intrínseca: “Aquí, independientemente del blackout informativo y de todas las restricciones ilegítimas a nuestros Derechos Humanos, tenemos el gen de la libertad bien posicionado y eso es un factor que no se puede ocultar”.